20. Uncomfortable

4.3K 664 95
                                    

Rubius quería lanzarse por el balcón en ese momento, odiandose por el mismo ponerse en esa situación.

Era malo para las mentiras la mayor parte del tiempo, más si nunca pensó tener que hablar sobre el tema de antes.

-Mi mujer, obviamente -dijo de manera rápida, Vegetta rodó los ojos, dejando respirar al contrario al ver que se había salvado.

-Claro, claro, tu muñeco de nieve -dijo sarcásticamente- había olvidado por completo que tienes gustos raros.

-¡Hey!, más respeto para mi señora -Vegetta rio ante eso.

Siguieron observando un rato más, hasta que el pelinegro observó dos meteoritos a la vez y rompió con el silencio.

-Mira, son dos, somos tú y yo -dijo viendo a su compañero.

-Más bien son dos tú -contestó aún viendo el cielo ya que eran de color morado.

Vegetta simplemente rio ante eso, viendo una vez más el cielo en busca de algún meteorito que cayera cerca de donde estaban.

Observaban el cielo sin hablar, solo disfrutando de las vistas que tenían gracias al hermoso cielo estrellado que tenían esa noche.

-de Luque, ¿Tú tienes a alguien?

-No, ya no -contestó con una pequeña sonrisa en su rostro.

-¿Ya no?, ¿Estás diciendo que tenías a alguien? -dijo bastante curioso.

-Si, pero ahora somos amigos -Rubius le observó.

-¿Solo amigos y tienes un brillo raro en los ojos? -cuestionó- aún le quieres.

-No, solo somos buenos amigos, funcionamos mejor así.

-Vale -dijo no muy convencido- pero si te gusta no lo pienses mucho, solo díselo, luego le pierdes para siempre.

El ojimorado observó a su compañero, quien se veía triste luego de decir aquellas palabras, con ello supo que si que estaba enamorado de alguien que no fuera Nieves.

El rubio al darse cuenta que Vegetta le veía con algo de preocupación observó de nuevo hacía el cielo, volviendo a poner una sonrisa en su rostro.

-Doblas -llamó el ojimorado con voz calmada- sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, lo que sea compañero.

-Ya lo se, ¿A que viene eso? -dijo, aunque sabía porque lo decía.

-Solo quiero que lo recuerdes -contestó- me importas, aunque no lo parezca.

Tras esas palabras le abrazó, fue un abrazo corto pero para el contrario fue más que suficiente, le hizo sentir a gusto.

Luego de aquel abrazo se observaron unos segundos, pues el ojimorado quería estar seguro de que su compañero estuviera bien, pero al Rubius no saber lo que ocurría se comenzaba a poner nervioso.

Vegetta le observaba muy detenidamente, haciendo que sus mejillas se sonrojaran, odiaba que le miraran por mucho tiempo.

Esa poca distancia que tenían me estaba llegando a incomodar, no sabía si era porque le estaban invadiendo el espacio personal o porque Vegetta de por si era intimidante.

-¡Mira un meteorito! -gritó de la nada espantando al de orejas de oso.

-¡¿Dónde, dónde?! -contestó viendo hacía el cielo bastante emocionado.

-¡Mí isla! -gritó bastante preocupado, aunque el contrario estaba riendo.

Tras darse la vuelta y dejar de ver el cielo y mejor ver a su compañero vió una milésima parte del meteorito caer cerca de donde estaban.

Una parte había caído sobre una de las esquinas de la isla, destruyendo una gran parte. Tendrían trabajo luego de esa noche para reparar todo.

•~~~~~~~•

Está vez no tardé tanto jeje

No recuerdo bien si ya lo pregunté alguna vez pero, ¿Que tal les esta pareciendo?

Se que el actual Karmaland ya va muy avanzado pero espero avanzar más pronto.

I H̶ᴀ̶ᴛ̶ᴇ̶ (ʟᴏᴠᴇ) ʏᴏᴜ || RᴜʙᴇɢᴇᴛᴛᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora