I want (to punch) you so bad ☆ KookV

[52] Equivocaciones y perdón

30 de marzo

"¿Qué le pasa a tu teléfono?"

Minji irrumpió tan pronto como la puerta se abrió lo suficiente para que ella pudiera entrar. Jungkook no trató de detenerla, esperaba que al menos uno de sus amigos apareciera en su puerta y le hiciera la misma pregunta.

"Lo aplasté con un martillo."

Minji se detuvo a medio paso, se giró hacia él e hizo una mueca que solo podía leerse como un ¿qué está mal contigo? que decidió no decir en voz alta, probablemente porque eso provocaría una conversación real sobre el tema.

Ninguno de los dos quería llegar a eso.

"¿Por qué?"

"Porque de verdad quería llamar a Taehyung y de verdad no debía." Y la única solución que encontró fue romper su teléfono en pedazos. Pero hasta después de haberlo hecho, se dio cuenta de que podría haber arruinado la tarjeta SIM. "Hoy hablamos."

Esa información era necesaria para que Minji entendiera porqué de repente, después de tres meses de sangre, sudor y lágrimas, no podía mantener la compostura. Siempre había un desencadenante en su irracionalidad y esta vez fueron esas pocas frases que él y Taehyung compartieron y las muchas más emociones que vinieron con ello.

"¿Cómo pasó?"

Como ya no deseaba estar de pie en el pasillo cuando tenía un sofá en perfecto estado y desocupado, se dirigió a la sala de estar, donde había estado descansando previamente de la interrupción a su morada.

"No había más lugares en el aula de clase."

Se sentó, apoyó las piernas en la mesa de centro que se encontraba entre su persona y el televisor y miró hacia el techo.

Por lo general, era reconfortante - la inexpresividad lo ayudaba a vaciar su mente de pensamientos, pero ahora el rostro de Taehyung seguía reapareciendo, persiguiéndolo cada segundo desde que salió de ese salón de clases, incluso con los ojos cerrados.

"¿Tan mal fue?"

Jungkook ya había pensado mucho en los adjetivos que podría usar para describir cómo se sintió al hablar con Kim, pero al igual que la última vez, no tenía nada.

Desgarrador, habría dicho, pero su corazón estaba lleno sabiendo que Taehyung estaba mejorando.

Fue roto por la única persona que podía arreglarlo, pero al él arreglarse solo rompería a esa persona, lo que lo rompería de nuevo. Estaba atascado.

"No para mí."

Fue lo más vivo que se había sentido en meses. Si Jungkook pensó que se sentía impotente antes, no sabía cómo llamar a su estado actual cuando, aparentemente, no tenía control sobre su cuerpo en absoluto.

Sus pensamientos estaban por todas partes, su cerebro trabajando a cien kilómetros por minuto, rechazando cada intento de alejarse del peliazul. Y su piel estaba ardiendo. Sin exagerar, sintió que iba a morir si no tocaba a Taehyung en ese instante.

Pasaron muchos instantes en los que no quería morir, pero el sentimiento nunca se fue.

"Eso es porque tienes un enfoque diferente. Él lo ve como un nuevo comienzo, tú lo ves como el fin del mundo."

Jungkook no pudo evitar resoplar. Es que era el fin del mundo.

Vivía felizmente en su burbuja segura con Taehyung y luego, puf, la burbuja explotó y ahora tenía los ojos llenos de jabón.