[24] Di que no, di que sí

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Taehyung se despertó con mucho dolor.

No había un músculo de su cuerpo que no estuviera tenso, ni una mancha en su piel que no doliera al tocarla.

Se removió ligeramente entre las sábanas, estirando los brazos y piernas lo más que pudo, jadeando ante la sensación. Su cabeza lo estaba matando. Se sentía como si cientos de cuchillos lo apuñalaran desde todo tipo de ángulos, creando no solo un dolor terrible, sino también mareos.

Su estómago se revolvía por el más mínimo movimiento y el hedor a cigarrillos y alcohol en su cabello aumentaba las náuseas.

Tenía la boca seca e insípida, su lengua pegada al paladar provocando una horrible sensación al intentar abrirla.

No volvería a beber nunca más. Se prometió a sí mismo por enésima vez.

Se levantó de la cama lo más lentamente que pudo con cuidado de no hacerse más daño. Como era de esperar no tuvo éxito, ya que después de levantarse no estaba seguro de si iba a vomitar o a desmayarse, o posiblemente ambas.

Abrió la puerta con cautela y se dirigió de puntillas al baño. Ya podía imaginarse a su padre quejándose de que llegaba tan tarde solo porque quería posponer por el mayor tiempo posible la conversación que tenían pendiente.

Bebió aproximadamente un galón de agua directamente del grifo y procedió a cepillarse los dientes a pesar de que sabía que ese horrible sabor en su boca no desaparecería hasta mañana. Cuando terminó, se armó de valor para mirarse en el espejo.

Dulce Jesús, se veía como una completa mierda.

Su piel estaba sin vida, el cabello revuelto y los círculos debajo de sus ojos eran tan oscuros como el alma de Jungkook.

Hablando de Jungkook...

Se levantó el pijama de lino para observar su cuerpo. Sin marcas en particular, así que estaba bien. Sin embargo, sus pezones estaban de color rojo oscuro.

Eso no estaba bien.

Todo lo que hizo falta fue mirarlos para que empezaran a doler. O, más precisamente, fue hasta ese momento que su mente lo procesó y se dio cuenta, ahora haciendo imposible quitar el sentimiento de su cuerpo.

Genial.

Se bajó la camisa lentamente, haciendo una mueca de dolor cuando el material rozó sus pezones, y de repente las palabras de Jungkook se repitieron en su cabeza.

"Quiero que recuerdes que yo te lo hice."

Oh, lo recordaba muy bien.

Suspiró exhaustivamente, pero decidió comprobar un último lugar antes de irse. Corrió la pretina de sus pantalones de pijama hacía abajo, arrastrando su ropa interior con ella. Apenas comenzaban a formarse, pero inconfundiblemente estaban allí - dos moretones amarillentos en cada lado de sus caderas.

Los rodeó con el dedo probando si le era posible revivir los recuerdos de la noche anterior, cuando sintió un dolor sordo emanando de ellos.

A Taehyung le gustó cómo se veían en su piel. Reales, toscos y con suerte, prontamente siendo de color morado.

Ya tenía ideas de fotos estéticamente agradables para ser tomadas y publicadas en su Instagram, pero recordó quién había sido el que las había provocado.

Ugh. De ninguna manera.

Eso le daría demasiada satisfacción a Jungkook.

Se arregló la ropa antes de regresar a hurtadillas a su habitación para volver a acostarse en la cama. Se llevó su teléfono con él, recordándose a sí mismo que la próxima vez debería enchufar el cargador.

I want (to punch) you so bad ☆ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora