CAPÍTULO 24

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La luz pegaba mi cara por lo cual decidí despertar.

-No sabes lo bien que se siente despertar a tu lado mi amor, lo de anoche fue increíble - dijo el maldito imbécil. Es nefasto que lo  primero que vea en el día sea su horrible rostro.

-Veo que no amaneciste de buen humor. - se levantó y se vistió- iré por el desayuno.

Mi cuerpo aún se sentía extraño, si bien lo de anoche no fue de mi total agrado me sentía diferente a las otras veces.
Mi alma seguía rota y el saber que no tengo el control  siquiera de mi vida me deprime.
Necesito salir de aquí ya.

Necesito irme, poder olvidar todo esto que aunque sé que es imposible...solo quisiera dejar todo esto atrás, es desesperante estar en un lugar en dónde no deseas estar.
Fui tan tonta en confiar en el, en quererlo y entregarle mi amistad, fui muy estúpida pero es que como iba a saberlo, cómo diablos iba a saber que era un maldito psicópata. Suspiré y cerré los ojos, deseaba tanto poder escapar de aquí.

La puerta se abrió y él entro con una bandeja, la dejo a un lado y se sentó bruscamente.

- Quiero que algo te quede muy claro Daniela, mientras yo esté vivo nunca podrás irte de mi lado- sus palabras me helaron pues fue como si supiera lo que pensé, sonrió y dijo- ¿Aún no lo comprendes verdad?, Mi niña la mitad de mi vida la e dedicado a la brujería, e hecho pactos muy poderosos, gracias a ellos y a los demonios soy quien soy ahora.

Me paralice por completo pues yo no sabía como reaccionar.
- De verdad que si estás loco- susurré sin verlo.

-Intentes lo que intentes nena, no vas a librarte de mi y sabes perfectamente que si estoy loco-se acercó a mi oido- Estoy muy loco por ti Daniela.

Me había quedado muda y si soy sincera me estoy muriendo de miedo. Y aunque eso explicaba muchas cosas, su agresividad,el cómo cambia el color de sus ojos o cuando parece que escucha mis pensamientos.

Lo miro con enojo
-No me importa lo que tenga que hacer para salir de aquí Aarón, odio con todas mi fuerzas estar contigo, por qué no te das cuenta de cómo me has destruido- ya no me importaba hacerle o no enojar, de todos modos se ponía igual de agresivo.
- No importa ya lo que hagas Aarón, el asco y la repulsión que tengo hacia ti no va a desaparecer nunca, te odio tanto que incluso podría matarte si pudiera.- y escupí en su rostro.

Se limpio y chupo su mano, me veía fijamente con una sonrisa burlona me dió una bofetada.

-Amor por que no aprendes eh, amo corregirte mi niña, amo tenerte tan sometida ante mi.

Me volteo boca abajo y se volvió a subir a mi.

-Dejame!! - le grité.
Me removía de todas las formas pero era absurdo.

- A dónde vas pequeña- se puso encima mío.- A dónde fue el valor que tenías hace unos segundos eh...  si no fuera por lo mucho que te amo yo ya te abría matado a ti- lamió todo mi rostro y yo solo me removía con asco.
-No me obligues a hacer algo de lo que pueda arrepentirme.

Los dos estábamos enfurecidos, nuestras respiraciones eran pesadas.

-Sueltame y quítate de encima- dije.

-Estoy muy bien aquí amor- pego su miembro a mis nalgas y empezó a frotarlo.

-Que me dejes tranquila!- y ahí va de nuevo, esa desesperación se apodera de mi y lo único que quiero es que se quite.

Con su palma agarro mi cabello y alzó mi cabeza, me olfateo -Tu miedo es delicioso.- me soltó y se paró.

-Ahora si a comer amor- acercó la charola y comimos sin más.

PRESA DE SU OBSESIÓN Where stories live. Discover now