CAPÍTULO 3

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Escuche un grito en la parte superior y fui a ver que era lo que pasaba.
Habían cuatro puertas pero me guíe por el sonido de las voces.
Abrí la puerta y lo que vi me perturbo. Aarón tenía una pistola en la mano mientras que con la otra tenía agarrada del cabello a Dan.

- Aarón, ¿ Que estas haciendo?- pregunté cauteloso.

- No quieras hacerte el bueno Cortez, sino hubiera sido por ti nada de esto pasaria- dijo Aarón con la cara inundada y furiosa.

- No se de que estas hablando pero baja el arma y hablemos- dije queriendo tranquilizarlo.

- ¡DEJA DE HACERTE EL IMBÉCIL!- gritó Aarón sumamente furioso.

- Aarón...vamos a hablar pero suelta a Dani, le puedes hacer daño.

Empezó a reír y ahora su mano estaba alrededor de los hombros de Dan.- Yo nunca le haría daño, soy incapaz de tocarle un sólo pelo-

Daniela

Esto parecía una pesadilla, no podía creer lo que estaba haciendo el que creí que era mi mejor amigo.

-Enserio Aarón suéltala y nos arreglaremos- dijo Thomas empezando a acercarse.

-Da otro pasó y será el último Cortez- dijo Aarón.

Aarón sigue insistiendo en que me suelte y que hablen pero al mismo tiempo se acerca más.
Estaba tan sumida en mi miedo y pensamientos que de repente sólo escuche un disparo. Empecé a llorar aún más haciendo que las salpicaduras de sangre se mezclaron con mis lágrimas . Thomas estaba en el suelo inerte, mientras Aarón sólo me abrazaba y me susurraba sólo un " Esta bien pequeña, ya nadie nos separará " , repetía las mismas palabras una y otra vez. Iba a responder pero un dolor en mi cuello se hizo presente, me había inyectado algo.

De repente mi cuerpo se empezó a sentir pesado, no podía hablar y mis ojos se iban cerrando poco a poco.

Todo de mi dolía.
Brazos, piernas y cabeza.
Al parecer estos dos primeros estaban amarrados a cada lado de creo yo una cama, ya que en la superficie en la que estaba era blanda y cómoda.

-No te muevas tanto pequeña-dijo una voz a lo lejos...Aarón.
Empecé a recordar como es que llegue aquí.-El efecto de la morfina pasara en otros 10 minutos.

-¿Morfina?-pude articular la pregunta.

-Si, en un segundo vuelvo.-dijo Aarón para después escuchar pasos y como se cerraba la puerta de la habitación.

No podía moverme y eso me estaba desesperando, parecía que mi cabeza iba a explotar.
Se escuchó el chirrido de la puerta, indicando que esta se abrió.

Alcé la cabeza y vi a Aarón parado frente a la cama con una sonrisa ladeada, baje mi vista por todo su cuerpo, traía una bandeja de comida.

-Has de estar hambrienta, pequeña-dijo mientras depositaba la bandeja en la mesa de noche que estaba a un costado de la cama.
No hable y tampoco miré, estoy tan enojada y decepcionada de él.
Se supone que era mi mejor amigo desde hace años...es como si fuera alguien más y no el Aarón tierno, amoroso y tierno.

-¿Pequeña?

-¿Por qué, Pierce?-pregunte apenas audible.

-¿A qué te refieres?-devolvio la pregunta.

-A esto!-dije jalando un poco mis muñecas- Por qué haces esto? mataste a Thomas y me trajiste aquí...

-Hay una razón pequeña.- me interrumpió- he estado enamorado de ti desde hace ocho años pero no sabía cómo acercarme a ti...-dijo bajando la cabeza.
Cuándo abrí la boca para responderle volvió a hablar.
-Idee un plan...uno en el que me acercaba más a ti, tú aún eras muy pequeña para que estuvieras conmigo y la mejor manera era esperar. Sabes...iba a hacer las cosas bien pero al saber que saldrías con Tomás - se detuvo - no pude, simplemente no quiero que estés con alguien más, tú eres mía.

-Aarón...pero Eres de mi misma edad.

-No pequeña, soy cinco años mayor que tu.-
Entre en un pequeño trance, como era posible! Si iba en mi mismo grado y parece de mi edad.

- Pero como...- susurre.

-Cuando quiero algo lo obtengo- Y en ese momento todo hizo click, sus padres y el porque vivía sólo.

- Eres un...- No acabe mi oración porque me interrumpió.

-No quiero escuchar nada más Lenna, te desatare, comerás y te daré un recorrido por la casa- Se paro de la cama y se encaminó al tocador, abrió uno de los cajones y sacó al parecer unas tijeras.
Aarón me decía Lenna de cariño, diminutivo de Daniela.
Se volteó, llegó hacia mí y corto las cuerdas, primero la de mis pies y después las de mis manos. Me sobe mis extremidades y Aarón fue por la bandeja.

-Sientate- ordenó cuando estaba frente mío con bandeja en mano.
Hice lo que dijo y cuando estaba bien acomodada la puso en mis muslos. Ví la comida y era una porción de espagueti con camarones y un jugo de naranja.

-Gracias- susurré y este momento odio el que mis padres me hayan educado bien.

-No es nada pequeña- Contestó con una sonrisa- Anda come.
Agarre el tenedor y enrrede la pasta en el, lo lleve a mi boca, lo probé y de verdad está riquísimo.-Es tu comida favorita y por suerte me sale a la perfección- Segui comiendo ignorando lo anterior.

-Y esta es la cocina- dijo Aarón dando por concluido el recorrido a la casa en donde nos encontrábamos.

La casa era de un tamaño un tanto grande, Aarón siempre tuvo dinero pero nunca supe de donde lo sacaba pero ahora sabiendo de que me engañó durante mucho tiempo es un tema del cual quiero evitar ahora.

Aún no lo podía ver a los ojos, solo pensaba en mis padres y en lo mucho que quiera regresar a casa.

-¿Pequeña? ¿Qué pasa?- pregunto hacercandose hacia mí, agarro mi barbilla y la alzó para poder verlo.
Mis ojos empezaron a picar y un nudo se empezó a formar en mi garganta. Podía verlo pero no quería.

-¿No te gusta? Si quieres podemos hacer un cambio en nuestra casa-

- No es mi casa- lo interrumpí duramente.

- Es nuestra, pequeña-dijo ilusionado.

-No!, Esta casa no es mía!- grite apartandome de él.

-No me hables así Daniela- dijo Aarón con un tono autoritario.- Yo solo quiero que te sientas a gusto y quieras o no te vas a acostumbrar porque tú y yo viviremos juntos por el resto de nuestras vidas- dijo para después irse de la cocina, pasándole por alto.

Me quedé parada, analizando sus palabras y pensando en cuanto tiempo más estaré aquí.

Daniela López.

PRESA DE SU OBSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora