PRESA DE SU OBSESIÓN

CAPÍTULO 29

Daniela

Me retorcía del dolor mientras él solo me mirada, es un maldito, no puedo creer lo que hizo.
Lloraba con fuerza mientras que él ya le estaba estrellando el marcador en la cabeza a Brandon, la sangre salpicaba por todos lados y yo...yo solo gritaba, mi garganta ya estaba desgarrada, más bien, mi alma se desgarraba en cada grito, en cada súplica para que parara pero él era un animal, su cráneo quedó hecho puré y ahora sí...no se movía, su lengua continuaba en el piso y el charco de sangre llegó hasta mi.
Yo me encontraba en shock.
Aarón tiro el marcador y no le quitó la mirada de encima, su pecho subía y bajaba con fuerza; aquella silueta se acercó a él y le susurro algo al oído e inmediatamente giro su atención a mi.

Aún adolorida me intenté apartar.

Me jalo del cabello y todo mi cuerpo se embarró de sangre, sentía asco, dolor, mi pecho ardía que incluso el respirar dolía.

Me aventó al cuerpo inerte de Brandon y me intenté parar pero me detuvo con su pie poniéndolo en mi espalda.-Esto es tu puta culpa Daniela.

-Ya déjame!- le pedí.

-¿Cómo carajos vas a entender que es lo único que no haré?, Mira lo he me haz hecho hacer, e matado a la única persona que me a querido...A MI HERMANO Y TODO POR TU PUTA CULPA- Todo de él estaba fuera de si, sus ojos exaltados y su cara temblando.

No quise decir nada, solo lo miré, no quiero decir algo que pueda empeorar más las cosas...

-Parece que fue a ti a quien le corte la lengua- se burló.

Esto es lo que más me sorprendía de él, sus cambios de humor.

-Yo no te pedí nada de esto, no te pedí que te obsesionaras como un puto loco por mi ni que me hicieras la vida imposible y mucho menos que matarás al hombre que empezaba a amar- todo salió por inercia que no me di cuenta que la cagué.

Su mirada es indescriptible en este momento pero nunca se le quitaba lo aterrador.

-Vuelve a repetirlo- dijo acercándose a mi rostro, sabía que en cualquier momento me daría un golpe.

-Que Brandon me gustaba y mucho, es obvio que empezaba a quererl- sujeto con fuerza mi cara y hacia presión, me dolía horrible.

-Ahora si...haz cavado tu propia tumba- me levanto y me cargo en sus hombros sacándome de ahí. Me movía como una loca queriéndome safar de su agarre, el pánico empezaba a arder en cada poro de mi piel.

Lloraba como una niña pequeña, ya no quería esto, estoy arta de sentir dolor, de estar atrapada y saber que estoy condenada a su lado.

Grité de la desesperación.

Grité de dolor.

No sabía que era lo que me pasaba, me sentía en una crisis.

Llegamos a la habitación y me aventó a la cama, me queje del dolor y seguía llorando, me sentía tan estúpida no me gusta ser tan llorona pero ahora era lo único que podía hacer, ví como se quitaba la ropa sin despegar su mirada de la mía, el miedo me tenía paralizada. Su mirada, tenía un rostro burlón y eso me enfurecía, quedó totalmente desnudo y aparte la mirada, no quiero verlo de esa manera, aunque no estaba nada mal no quería verlo así.
Me sentí tan tonta al pensar eso, ¿Cómo es posible pensar eso aún con todo lo que acaba de hacer?.

Se acercó a mi y me empezó a quitar la ropa- No no no- forcejeamos pero era inútil.

Quedé totalmente expuesta a él y aunque no era algo nuevo siempre se sentía horrible.

-Eres hermosa- dijo observando cada parte de mí.

-No hagas esto, por favor, discúlpame por lo que dije yo...estaba enojada- su carcajada me espanto.

-¿Tú? ¿Me estás suplicando amor?- pregunto con burla.

Eso me calo, nunca le había pedido perdón por nada y definitivamente no volvería a hacerlo.

-Solo no quiero que me lastimes más.

-Tu no pensaste lo mismo cuando te revolcabas con ese imbécil, así que no me pidas algo que tú no das- subió a la cama y gateo lentamente.- Serás mía Daniela y no te opondrás a ello.- sus ojos eran profundos, su mirada tan penetrante que no podía apartar la mía, se sentía extraño, es como si no pudiera dejar su mirada de la mía.

Los dos estamos consientes de que vemos a través de nuestras almas y odiaba eso.

Su sonrisa lasciva, su mirada juguetona, lo odio con toda mi alma.

-Me encanta poder sentir tu miedo- olió mi mejilla y dejo pequeños besos en esta.

Mis ojos se aguadaron y quise apartarlo pero me detuvo sosteniendo mis brazos.

-Ni se te ocurra- advirtió.

-Me lastimas- susurré.

Siguió con sus besos cada vez bajando poco a poco por mi cuello.

-Por favor no.- suplique.

-Shhh- puso su dedo en mis labios y lo metió con brusquedad- chupalo- ordenó.
Así lo hice y el sabor a metal me hizo arquear- saborea la sangre de tu amado- las primeras lágrimas cayeron y subió su rostro para besarme con brusquedad.

Su tacto quemaba, era extraño que me tocará de una forma tan delicada, rosaba cada parte mío.
Sus labios no se despegaban de los míos, no le respondía y eso le empezó a molestar, apretó mis caderas y solté un lamento.

Sabía lo que iba a pesar...

Me sentía derrotada, rota, me siento vacía y con tanto odio, aún me parecía increíble hasta donde puede llegar el egoísmo y la maldad de un humano, él me demostró lo cruel que alguien puede ser, lo odio lo odio lo odioooooo

Daniela López

Sé que el capítulo es muy corto para tan larga espera pero e tomado la decisión de terminar con esta historia, este capítulo aún no es el final pero de verdad que ya no puedo seguir con esto tan...cruel, me e puesto a pensar en lo que realmente trae está historia, su energía es tan vibrante en mi alma pero de una manera negativa.

Los quiero ❤️