CAPÍTULO 9

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Él.

Estaba furioso, no, más que furioso, estaba cabreado.

Me llevaba la chingada.

Aún podía sentir el pánico de cuando no la encontré, fui un imbécil al dejarla ir sola.
El arrepentimiento, la tristeza y la decepción era lo único que sentía desde ese día.

Pero sabía que esto no iba a durar mucho, lo único bueno de mis padres es todo el dinero que me dejaron, ya había varias gente buscándola hasta por debajo de los corales.

Pero nada

Nada.

Nada.

En eso se basaba todos estos meses,  no había ni encontraban nada, la extrañaba demasiado, quería tenerla aquí a mi lado, abrazándola, besándola e incluso solo deseaba mirarla de lejos, como antes de que nos conociéramos, yo no quería ser su maldito mejor amigo, yo quería ser su novio, su todo.
Y al recordar aquello la ira vuelve a mi.
La amo tanto pero cuando recuerdo su abandono me dan tantas ganas de amarrarla a mi y hacer que se arrepienta de todo, tenerla arrodillada ante mi pidiendo perdón.

Me la imaginaba de tantas maneras que mis ansias por tenerla se hacían cada vez más grande y sé que un día llegaré al topé y cuando eso pase entonces que ella se atenga a las consecuencias.

Volví a la realidad cuando escuché como tocaron la puerta de mi oficina.

- Adelante - grite.

Una sonrisa se formó mi rostro al ver quién era

- Tengo nueva información sobre la señorita Daniela y son buenos resultados.- dijo entregamdome un folder.

-Gracias Marco, tu paga te la darán al salir, puedes retirarte e infórmame cualquier cosa- dije viendo el sobre, ya lo quería abrir.

Marco se retiró y empecé a abrir el sobre.

Había fotos de mi pequeña, de sus padres, de cuando salia, de todo, me recordó a cuando la conocí, antes de hacerme su estúpido amigo la seguía a todas partes, tomándole fotos a cada momento, si figura es magnífica.
Es como si la hubieran hecho a la perfección, como si el mejor de los escultores la creará. Me obsesione tanto con ella que incluso tengo más de diez álbumes con sus fotos.
Hubo un momento en el que me empecé a sentir mal por lo que hacía y trate de dejarla en paz pero como ya les dije "trate" .

No pude dejarla

Y cuando volví a ella, supe que era mi perdición, Daniela es tan malditamente perfecta...no es de este mundo pero si fue hecha para mí.

Y eso nada ni nadie lo cambiará.



Daniela López.

PRESA DE SU OBSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora