CAPÍTULO 30

1.7K 100 15
                                    

Me besaba con intensidad y furor e intentaba meter su lengua en lo más profundo de mi garganta cosa que me asqueaba de sobremanera.
Se separó al ver que no le correspondía y me miró enojado.

-¿Cómo quieres hacerlo por las buenas o por las malas?- pregunto juguetón.

No respondí y me sostuvo del cabello.-Anda dime- incitó.- O quieres que yo decida por ti.

Mis bellos se erizaban cuando me susurro al oído y quise separarme pero rápidamente me detuvo y me atrajo con fuerza a su cuerpo.

-No te alejes- advirtió.

Mi lengua picaba, tengo tantas cosas que decirle pero nada sale de mi, lo único que se escucha son nuestras pesadas respiraciones, en ningún momento aparto sus ojos de los míos, seguían conectados.

Me tendió una taza- Tómatelo- ordenó y mire dudosa el líquido, tenía un sobre por lo que supuse que era un té.

-¿Qué es?- pregunte.

- Tómatelo - volvió a repetir, sabía que fuera lo que fuera no es nada bueno y aún dudosa lo lleve a mi boca, hice una mueca pues estaba demasiado dulce.

Ladeó una sonrisa al verme.

-Vas a ser mía por qué tú quieres y no porque yo te fuerce, te llevaré al cielo con mis caricias y disfrutaras del placer que recorrerá cada rincón de tu cuerpo, eres mía Daniela, eres mía - dijo lentamente. Sus pupilas y ojos eran hipnotizantes, tuvo tanta seguridad en sus palabras que una electricidad recorrió todo mi cuerpo.-Soy tu presente, tu futuro y tu final.

Me sentía...rara.

Me sentí ida y en trance.

Carcajeo- Esto es maravilloso.- dijo sorprendido.

-¿Que qué haces? - pregunté confundida.-¿Qué me estás haciendo? ¿Qué carajos me diste?

-Te estoy enseñando a amarme pequeña.

Sus palabras me helaron y quise salir corriendo, mi corazón empezó a latir rápido y no podía moverme, quería llorar pero no salía nada.

-Esta lista...

Se volvió a abalanzar a mi y esta vez me beso despacio, me acariciaba mi cuello y sostenía mi cabeza delicadamente, tengo miedo. Esto no es normal en él y realmente me preocupa.

Yo...

Yo le correspondía el beso, no entendía, no quería pero lo hacía, no tenía el control de mi cuerpo.

-¿Por-me callo con sus labios, sus caricias fueron a mi espalda y con la yema de sus dedos recorría de arriba abajo toda mi espalda, me tocaba con tanta sutileza que mi cuerpo empezó a reaccionar.

Lo sabía.

Nada bueno va a pasar.

- Aarón

- Dime, pequeña - sus besos bajaron a mis hombros y cerré los ojos disfrutando de ese cosquilleo en mi cuerpo.

- No sigas, por favor- pedí entrecortada.

-¿Estás segura amor?- me mordió despacio el hombro y solté un gemido, reaccione rápido al darme cuenta de lo que está pasando.

-¿Qué fue lo que me diste?- volví a preguntar insistente.

No respondió y me miró...sus pupilas estaban tan dilatadas.

-Entregate a mí, Daniela, de hoy en adelante no pondrás resistencia ni mucho menos me alejaras- acaricio mi rostro- Me buscarás en todo momento porque soy lo único que tienes en la vida.

PRESA DE SU OBSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora