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Segunda parte

Estábamos ya en el sótano y Daniela ya había despertado, culminaremos el ritual.
Su cuerpo apenas podía reaccionar.

Había estado esperando este momento por mucho tiempo...ansió estar dentro de ella.

- No sabes cómo disfruto tenerte así chiquilla- camine para estar a su lado y retiré la almohada que tenía debajo.

No podía dejar de sonreír y eso le asustaba aún más.

- Por favor desatame- me pidió con voz ronca cuando vio que estaba a su lado pero solo la ignore.

- Te quedarás aquí por un buen rato amor, debes tener sed, dame un segundo- Me dirigí a una mesa de noche y en un vaso servi agua, regresé con mi princesa y le acerque el vaso.
Ella me regreso una mirada enojada.

- Aún no es tiempo de desatarte, en unos minutos lo haré.
Sus labios se ven secos y partidos al igual que por el sudor se le pegan varios mechones a su rostro pero nada de eso le quitaba lo hermosa que es.
-Abre- le dije al mismo tiempo que retiraba los mechones de su rostro, mi nena es tan expresiva que aveces lo llegaba a odiar.

-Solo dame agua, por favor- escuché su voz enojada y por mi mente paso mi orina en su rica boca...apuesto a que se verá más sexy.

- Oh...es tan placentero, tus labios- ví la mueca que hizo y eso realmente me molestó.

Me molesta mucho que actúe así frente a mi, que le desagrade mi tacto.

- Suficiente- le retiré el vaso bruscamente.

- ¡Ey! Aún tengo sed imbécil- eso me encendió enseguida, abrí toda mi mano y la dejé caer en su hermoso glúteo izquierdo, ella grito y fue tan placentero.
Odio que diga groserías y aún más odio los gritos que no sean de dolor o placer.

- Tomarás agua después nena pero antes necesito ponerte algo  ¡Ah y por cierto, no vuelvas a llamarme así, ya te dije que desde ayer en adelante todo va a ser diferente , dame un momento iré por una cosas arriba, no tardó.

Salí del sótano y fui por el sedante y la soga. Fume un poco de salvia y  volví a bajar con mi princesa.

- Bueno...¡empezemos!

Fui a la mesa y prendí la grabadora, claro de luna se escuchó, sé que esa le gusta a mi pequeña.

No podía describir la sensación al tenerla así, tiene un cuerpo espectacular y un ser tan puro.

Al tenerla así, a mi Merced, hacia que mi ser se encendiera.

Tengo sed de ella.

Se notaba asustada

Me fascina verla asustada.

Le puse la venda y enseguida empezó a preguntarme que hacía,  La agarre de su cabello y sujete un extremo con la boca y con la otra mano ajuste el nudo.

Volví a la mesa y tome las dos ligas para su cabello.

- Ahora Princesa, no te muevas que te péinare- le hice dos coletas perfectas y Dios mío...me iba a desmayar; ¿Cómo carajos es tan bella?- Dios...eres tan bella- fue inevitable no decirlo.

Le desamarre sus manos y la puse boca arriba, su pecho subía y bajaba, su respiración está descontrolada al igual que la mía.

La deseo, la deseo tanto.

- Lo siento amor pero tengo que volverte a amarrar, solo necesitaba cambiarte de posición ya que necesito tu boquita abierta.- espose sus brazos y piernas a cada esquina - Ahora si amor, estás lista, quiero que abras la boca y por nada del mundo se te ocurra cerrarla, vamos a jugar ¿Vale?. Yo te daré a probar dos cosas y tú me dirás qué son. ¿Vale?- le volví a preguntar pero solo me ignoró.

PRESA DE SU OBSESIÓN Where stories live. Discover now