CAPITULO 31

2.2K 119 16
                                    

Desperté adolorida y mareada, la luz me lastima en mis ojos casi quemandolos.

Siempre me sorprendía el amanecer, no había lugar en la habitación que no estuviera iluminado por el sol.
El fondo en las ventanas, ese verde que siempre me encantó, los árboles se movían con el viento haciéndome sentir más ligera. Mi corazón latía despacio, y la tranquilidad era vibrante en mi cuerpo pero ni aún así dejaba de sentir sus brazos, siempre me  abraza  con fuerza pero no al punto de lastimarme.
Incluso de lo acostumbrada que estoy ya encontraba la forma en la que podía acomodarme en sus músculos.

-Te amo Daniela- su voz me saco de trance y mi estómago se contrajo. Sus palabras siempre tienen un gran peso, no respondí y solo actúe como si siguiera dormida porque no le quiero hablar, no tengo nada que contestarle.

Soltó un suspiro pesado y se paró de la cama.
Mi mirada seguía fija mirando la ventana, podía sentir su mirada en mi pero no quería voltear, no quiero verlo. No me moví ni hice ningún otro movimiento, mi cuerpo y mi mente tenían una batalla interna, trate de controlar mi respiración y no dejar salir ese nudo que me estaba quemando la garganta:

- Iré por el desayuno y hablaremos- salió de la habitación azotando un poco la puerta.

Me pare enseguida, necesitaba ir al baño a darme una ducha pero la silla estaba alejada de la cama así que tome el valor e intenté bajarme de la cama, ya lo había hecho otras veces pero no en este estado, mi glúteo dolía a horrores y al arrastrarme más me lastima.

Deje caer el agua fría sobre mi cuerpo, más bien está congelada pero eso no era importante, hasta cierto punto se sentía bien.

La puerta se abrió y sus duras pisadas resonaron en la habitación.

-¿Amor?- escuché su voz y sin preguntar entro al baño, se impacto un poco al verme pero se acercó rápido.- Debiste avisarme para ayudarte, puedes lastimarte - maldito sarcástico.

-Eres tú el que me lastima- susurré, me miró herido e hizo un gesto, le desagrado mi comentario pero tampoco me importa.

Llegó a mi y me saco deprisa, le sale humo hasta por la nariz de lo enojado que está, puso la toalla en mis hombros y me cargo. Tan liviana estoy que puede cargarme sin dificultad.

Me llevo a la cama y me cobijo, busco ropa para mi y procedió a vestirme subió el pans tocando la quemadura la cuál ardió como el infierno. Mis ojos se llenaron de lagrimas pues de verdad si me dolía.

- Sanará pronto amor, lo prometo- dijo acariciando mi pierna y dejé salir un sollozo:

-¿Por qué?- pregunté devastada, mis lágrimas se asomaron y de ahí surgieron más sollozos, en verdad estoy lastimada.

-Por que así no se te olvidará  que eres solo mía - contesto brusco y con posesión.

Lo miré con odio, lo miré tan enojada que su semblante cambio y esa sonrisa burlona se empezó a asomar en su rostro, me llene más de rabia y segada del enojo me abalance a golpearlo sin importarme absolutamente nada.

Nada

En un segundo paso todo,  su brazo lo tenía levantado esquivando la lámpara  que ya se encontraba rota en el piso.

Reaccione y supe lo que había hecho, ni si quiera pude controlarlo, mierda mierda mierda.

Me fulminaba con la mirada y yo aparte la mía por unos segundos.

Enserio que si la cagué; sus gotas de sangre se hayan en la cama manchando las blancas sábanas. Todo era un total silencio  en la habitación y eso me dió pavor, simplemente está estático viéndome.

PRESA DE SU OBSESIÓN Où les histoires vivent. Découvrez maintenant