⁷|Por nada más que el placer...

1.1K 147 19
                                    



—Tranquilo, no te haré daño. —habló Win con voz suave y sensual, pero con esa sonrisa ladina que prometía demasiado. Sentado como un buen jinete sobre el abdomen de un inmovilizado Bright.

Acaricio cada parte del cuerpo de Bright, sin dejar de verlo a los ojos, solo un toque ligero y superficial, haciéndolo retorcerse bajo su cuerpo, empujándose tanto como podía para obtener más. Lobito desesperado... pronto estarás rogando.

Bright jamás se hubiera imaginado tal nivel de excitación. Era solo desconcertante y hubiera pecado de inocente, creyendo que Win había puesto algo en su bebida, si no lo hubiera visto servirla y tomar de la misma botella los dos. Era algo más que eso y Bright lo supo al ver a los ojos avellana de Win, era por mucho la persona —hombre o mujer— más hermosa que haya conocido y que exudara toda esa fuerza y confianza era algo así como la cereza del pastel. Lo hacía más excitante y deseable y no es que eso convirtiera a Bright en un hombre gay.

Win sacó su rosada lengua y se inclinó lentamente hacía el abdomen de Bright, trazando un camino húmedo sobre la pálida piel, erizando los casi inexistentes vellos y electrizando los sentidos de Bright intensamente cuando la punta áspera lamió su ombligo, haciéndolo sisear como un gato por la sensación y el calor que se expandió por el cuerpo de Bright en ese momento y terminó en un estallido de placer en la punta de su polla.

Win lamía animosamente su ombligo y paseaba su lengua por todo el abdomen de Bright, dejando rastros de saliva que, al enfriarse, pellizcaban más intensamente la sensible piel de Bright. Subió hasta uno de sus pezones y sonrió al verlos erectos.

—Tienes unos pezones realmente lindos, lobito ¿Puedo mimarlos? —preguntó sonriendo por la boba mirada de Bright debajo suyo.

Sin esperar una respuesta metió uno de los pezones a su boca y comenzó a chuparlo como si su vida dependiera de ello, saboreando y mordiendo un tanto fuerte. Cada nuevo movimiento, cada lamida, mordida, caricia o respiración de Win enviaban a Bright al límite del placer y el deseo, envolviéndolo en una bruma espesa que no lo dejaba ver más allá de los ojos y la dulce boca de Win.

Bright gruñía y movía sus manos, tratando de soltarse del amarre en sus muñecas. Había una tela roja firmemente atada y difícilmente podía moverse demasiado, pero se sentía desesperado por hundirse más en la boca caliente que jugaba con sus pezones.

—Win... Win suéltame, por favor.

—Te ves lindo, cuando ruegas lobito, pero me estoy divirtiéndome mucho aquí, sabes delicioso y aun no termino, así que vas a quedarte quieto hasta que yo diga ¿De acuerdo?

Tan dispuesto, tan mío... mío para jugar.

Win parecía estar consultando, por la suave cadencia de su voz, pero algo en la inflexión de su firme tono, le decía a Bright que era más bien una orden y Bright no se vio tentado a desobedecer. Algo le decía que le iría mejor si cumplía las órdenes de este hombre que además de peligroso era jodidamente ardiente. Bright se quedó tan quieto como pudo y solo se dedicó a sentir la lengua de Win jugando con su piel y escuchar sus propios jadeos necesitados de más.

—Mírate lobito, tan mojado solo porque te chupé los pezones —Win acarició la punta de la polla de Bright con el pulgar y luego lamió la brillante gota recogida en su yema.

Bright gruñó en respuesta y Win se subió sobre él de nuevo, agarró la polla de Bright en sus manos y la masajeó unos minutos apretándolo de vez en cuando y haciendo gemir tan ronco a Bright, que Win sentía que sería él quien se correría.

Decidiendo tentar un poco más su cordura, Win se sentó sobre la gruesa longitud, alineándola perfectamente por la raja de sus nalgas y rosando su agujero palpitante, Win se restregó sobre la polla de Bright tan sensual y tan lentamente que Bright no pudo evitar volver a tirar de sus ataduras con fuerza, lastimándose en el proceso.

INTERESES  ლ [Adap. BrightWin]Where stories live. Discover now