INTERESES ლ [Adap. BrightWin]

Especial •§• Sólo Gun

Off no hizo caso de los gritos de Gun mientras se dirigía a su auto. Cuando Win los hizo salir a todos de la habitación, siguió al chico hasta la cocina y aunque se había prometido a sí mismo dejar de insistir con él, no podía obviar los moretones que Gun llevaba en la cara.

No sabía si era porque se había metido en una pelea con Nani o si había sido otra cosa. No sabía el margen de tiempo que había entre que había dejado el loft y había llegado a la casa.

La parte dentro de Off que le daba un cierto sentido de conciencia por los desprotegidos, le gritaba a la otra parte, la que vivía enamorada de Gun, que averiguara lo que había pasado y le diera consuelo. Si Gun iba a seguir impidiendo que Off se acercara a él, entonces tendría que al menos hacer un intento de acercarse como una especie de amigo. Supuso que podría llamarlo así.

Win estaba con Bright y Bright era el mejor amigo de Gun, al igual que Off era el de Win. Una amistad por extensión, tal vez.

Lo que fuera. Off quería, necesitaba saber.

—Gun —llamó desde la puerta de la cocina.

Off vio el estremecimiento en su espalda y un momento después miró su rostro. Un ojo morado, una mejilla escocida y el labio inferior partido. La rabia de Off fue instantánea, como una tetera llena de agua hirviendo.

—Gun —dijo de nuevo— ¿Quién te hizo eso? ¿Intentaste pelear con Nani? ¿Cómo siquiera llegaste aquí en el momento más idóneo?

—No fue ese bastardo y no vine aquí esperando encontrarme con que el idiota le disparara a mi Phi. Vine porque no quería estar en otro lugar. Cuando estaba a una cuadra, miré un auto que no era el de Win y di la vuelta para llegar a la parte trasera de la casa. Escuché las voces arriba y lo único que se me ocurrió fue tomar la sartén y subir.

—Eso fue arriesgado, tonto y peligroso —le reprendió Off

—Y le salvó la vida a Phi Bright y a Win.

Off suspiró. Su gatito era realmente una cosa. Siempre inoportuno o lo contrario para el caso.

Que fuera tan impredecible como un huracán y explosivo como una granada solo lo hacía más encantador a los ojos de Off, pero todavía estaba el hecho de que los golpes habían llegado de algún lado y necesitaba saber de dónde.

—¿Por qué no te quedaste en el apartamento cómo se te dijo?

—Ni Win, ni tú, ni nadie me dice lo que tengo que hacer.

Era tan lindo cuando renegaba de esa manera. Un lindo gatito asustado, pero valiente como un león.

—Okey. Pero quiero que me digas cómo obtuviste los golpes. Si no fue Nani, alguien más lo hizo cuando saliste del departamento de Win y supongo que fue mucho antes de que llegaras aquí. —Gun no dijo nada y Off resopló. No quería perder la paciencia, pero la necesidad de encontrar al pedazo de mierda que lo lastimó se hacía cada vez más grande—. Gun, responde.

La mirada de Gun se desvió a un punto cualquiera sobre el hombro de Off, evitando el contacto visual.

—Fue mi padre.

Ni una palabra más era necesaria para Off. Si antes estaba ardiendo de enojo, ahora iba a reventar por la ira casi líquida que le recorría las venas. Debió matar al viejo pedo cuando lo conoció antes. El maldito imbécil, abusador y homofóbico. Off no necesitaba demasiadas neuronas para darse cuenta de que la forma de ser de Gun era culpa del jodido que se decía su padre.

Se metió en el auto, dispuesto a acabar con la existencia del viejo. No importaba lo que Gun dijera. Se lo agradecería algún día y si no, al menos el mundo estaría mejor sin un cerdo como él.