²⁹|Un último intento

577 130 9
                                    





—Tú y yo no éramos amantes —espetó Bright una vez terminó la llamada y devolvió el teléfono a su bolsillo.

Win levantó una de sus perfectas cejas con arrogancia. Tenía que aclararle unas cuantas cosas a Bright y tenía que ser antes de que llegara Nani. Solo podía tener esperanzas de que Bright le creyera.

—¿Por qué? Porque eres heterosexual. Lo siento por ti lobito, pero conmigo nadie es heterosexual y menos tú.

Win tuvo el impulso de pararse detrás de la silla del escritorio, pero si se movía demasiado Bright le dispararía en el vientre y eso no sería nada bueno. Tenía que ir un paso a la vez ahora que ya había comprobado los verdaderos efectos de la mierda que Nani le había dado a beber a Bright. Al menos no estaba muerto, aunque si todo salía mal, el muerto sería Win y por una bala de su propia arma y de la mano de Bright, el padre de su hijo.

—Déjame decirte todo, al menos mi versión de todo este teatro. Luego decides si me entregas a Nani o si todavía prefieres creerle a él.

Bright se volvió a sentar en su silla y Win se quedó de pie junto a la ventana. Era una lástima que esta diera al patio y no a la calle, donde podría ver el momento en que Nani apareciera.

—No voy a creerte nada, pero si quieres hablar, habla. Te lo concedo.

¿Cómo demonios iba Win a explicar todo antes de que llegara Nani. Tendría que ir por las partes importantes y esperar que fuera suficiente, quizás intentar un movimiento.

Win comenzó desde el principio. La primera vez que Bright visitó el casino. El préstamo, el trato, los encuentros.

—Entonces, dices que tú me prestaste dinero para pagar por el tratamiento de mi madre y que a cambio yo te pagaría algún tipo de intereses follándote, aun siendo heterosexual, usándome como un juguete ¿No olvidaste mencionar a las hadas y los duendes en toda esa historia?

Bright no lo había notado, pero mientras Win hablaba se había acercado tan lentamente a él. Estaba tan cerca y tan lejos. A Win le picaban las manos por tocarlo, sentir su calor, pero estaba tan cerca ahora de él como del cañón de la pistola, que decidió no moverse más, todavía, y en cambio, seguir hablando.

—No. No lo olvidé, pero tú olvidaste decirle a tu polla que se mantuviera quieta. Eres tan receptivo a mí, Bright. No puedes negar eso. Eres mi lobito mimoso. Me quieres y yo te quiero. Si no, ¿por qué tu cuerpo reacciona de esa manera? Aun si no lo recuerdas.

Bright siguió la mirada de Win hacia su mitad inferior. Tenía la polla dura y tensa dentro de los pantalones y Win aprovechó para dar un paso más.

—Aun así, si dices la verdad... era solo un trato comercial, cuando pagara se acabaría y cada quien seguiría su camino. ¿Por qué me has buscado todo este tiempo? Y ¿qué tiene que ver Nani en todo esto?

—Nani quiso ser mi amante por mucho tiempo y lo rechacé en cada intento. No apreció que ninguno de sus esfuerzos sirviera de nada y tú quedaste en el medio. Fuiste solo una táctica para vengarse de mí.

—¿Por qué? Un juguete sexual a cambio de dinero que no tenía nada que ver con tus negocios y no representaba nada para Nani. No veo porque valdría la pena el esfuerzo.

Win sabía que cuando encontrara a Bright habría un momento para la confesión, pero habría pensado que estarían en la cama, jodiendo como animales en celo y corriéndose el uno en el otro cuando lo dijera. No de esa manera en la que parecería que lo decía para salvar su vida, aunque fuera en parte cierto.

Dio un último paso al frente y dejó que la punta de la pistola se empujara contra su costado, en un valiente intento por convencer a Bright. Win era conocido por no detenerse ante nada ni nadie y justo en ese momento ni el mismo Bright lo detendría de llegar hasta él. Extendió la mano y ahuecó la polla de Bright contra su palma y luego se agachó contra su oído para susurrarle, sin perderse la profunda inhalación de Bright sobre su pelo.

INTERESES  ლ [Adap. BrightWin]Where stories live. Discover now