INTERESES ლ [Adap. BrightWin]

³⁰|Desarmados y expuestos

—Jeff. Son las dos de la mañana ¿Qué haces despierto si no estás en el casino?

—Me dieron órdenes de vigilar el loft y el jefe no ha vuelto desde que salió de su oficina. La señora Mhya está... preocupada.

—¿Win no ha vuelto? ¿Ya intentaste localizarlo?

—No responde mis llamadas y…

—¿Y?

—Gun no se quedó a pasar la noche con la señora como le dijo el jefe.

Nani entró en la habitación, abriendo la puerta de par en par y parándose firmemente delante de ella, portando una mirada satisfecha y arrogante.

—Una vez más lo hiciste bien Bright. Estoy muy contento de que hayas sido tan eficiente como has demostrado ser. —Nani entró en la habitación como si fuera la suya, sonriendo como el gato que se comió al ratón y viendo con complacencia a Win que se encontraba encañonado con un arma en la cabeza.

La situación había empeorado. Win no había alcanzado a decirle a Bright que estaba embarazado, pero sabía que lo había sentido. La mano de Bright había cubierto casi por completo el bulto de su vientre cuando lo tocó, no había manera de confundir eso, de no darse cuenta de que lo que Win había estado escondiendo celosamente era a su bebé, pero, aun así, Bright no recordaba nada y no iba a creerle que el bebé era suyo, de los dos. Estaba en clara desventaja en ese momento, siendo apuntado a la cabeza por su propia arma y por la mano del hombre que tanto había estado buscando y tratando de recuperar. Bright era ajeno a todo por culpa de Nani y ahora que estaban los tres frente a frente no sabía cómo se suponía que debía terminar todo.

No era inteligente comenzar a gritar y tratar de poner en evidencia a Nani. El hombre podría matarlo ahí mismo u ordenarle a Bright que lo hiciera y Bright lo haría. Seguía creyendo en las mentiras que Nani le había metido en la cabeza y nada de lo que Win logró decirle antes de que Nani llegara parecía haber hecho a Bright al menos dudar de absolutamente nada. No podía precipitarse estando tan vulnerable, pero no podía quedarse quieto esperando el siguiente movimiento de Nani.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo Nani? —preguntó Win.

—Oh, sólo estoy obteniendo venganza y la más dulce que podría imaginar. —Nani miró a Win de pies a cabeza, analizándolo y observándolo como a una presa a punto de caer— Pero antes quiero que me digas, ¿Qué se siente estar en mis manos por fin y no tener el poder hacer nada?

—¡Jódete, Nani!

Nani se rió, pero rápidamente la risa murió y fue reemplazada con silencio, unos segundos aterradoramente largos en los que sólo hubo un intercambio de miradas y el susurro del aliento de Bright detrás de Win. Nani hizo un gesto con la mano y el calor del cuerpo de Bright detrás de Win desapareció, y luego Bright estaba apuntándole desde el frente otra vez, de pie junto a Nani.