CAPÍTULO 2

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EL ORBE NEGRO

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Lyon, Francia.

AMINA BELANGER

La chica deja mi vaso de whisky frente a mí, la cerveza frente Atlas y va a atender a los demás en la barra.

— En unas semanas es tu primera luna llena, Amina—Me recuerda Atlas, por enésima vez en el día. Asiento, esbozando una sonrisa falsa. —Te recomiendo tener el estómago lleno, esa mierda es peor que parir un hijo.

—Hablo el experto en parir hijos—Suelto sarcástica.

—Oye, estuvimos en el parto de Abel—Se calló unos segundos.

Siento una maldita punzada, y las ganas de asesinar gente vuelven a mí. Ambos bebimos un enorme sorbo de nuestra bebida al mismo tiempo.

—Era enorme—Digo.

—Si mamá estuvo apuntó de morir en el de Abel, te imaginas en el nuestro.

—No tenemos que imaginarlo, papá nos lo contó con lujo de detalle—Espeto.

—Es verdad — Niega con la cabeza. — Gracias a la Diosa no existían las camaras, o ese hombre lo hubiera grabado.

Me imagino la agradable sorpresa que tuvo al saber que éramos dos.

Levanto la mirada al espejo en la parte superior de la aparador de los licores, entra el objetivo, solo y sin uniforme de la elite. Le hago una seña a Atlas, él echa al sujeto del banquillo a su lado y se sienta en él, dejando el suyo vacío. El brujo se sienta sin mirarnos, y deja su maletín a sus pies. La camarera llega, dándole una sonrisa.

—Buenas noches, señor ¿Qué des...?—Dice ella.

— Un vodka en las rocas—La interrumpe groseramente.

Pongo los ojos en blanco. Sigue siendo un imbécil. Ella me mira, y le hago una seña para que espere. Tomo al brujo del nuca para que me mire, haciendo que suelte una quejido de sorpresa.

—¿Qué modales son esos, Axel?— Sus ojos se abran bruscamente al reconocerme. —Pídele con un por favor a la señorita.

—Por... Por favor podría traerme un vodka en las rocas—Apenas susurra.

—Claro—Responde la chica.

Lo suelto con brusquedad contra la barra.

—No quiero problemas, Belanger, yo ni siquiera hago trabajo de campo y lo sabes— Explica. —No tuve nada que ver con la muerte de tu hermano.

—Vas de mal en peor, Axel—Asegure, bebiendo un sorbo.

Lo oigo pasar saliva. La chica trae su vodka y cuando estaba apunto de tomarlo, Atlas lo interrumpe.

—Si me permites—Acerca su vaso, vierte todo el polvo blanco en el alcohol y le revuelve. Axel frunce el ceño. —Tranquilo, es algo que va a relajarte, hombre, estas tan tenso.

Desliza el vaso hasta la mano de Axel, al tenernos a ambos observandolo, sabia que no tenía salida. Bebe un sorbo con lentitud. Las hierbas surgen efecto, y de su boca comienzan a salir sangre.

—Ahora, no podras hacer tus trucos de magia—Le dice Atlas

Una tos incontrolable lo empieza a invadir, y voltea a los humanos a nuestro alrededor, esboza una mueca incredula al ver que nadie se acerca a ayudarlo.

—No van a ayudarte, Axel, todos aquí están hipnotizados—Sonreí.— Eres prácticamente invisible.

—¿Qué mierda quieren?—Exclama alterado. —Estan locos si creen que yo los puedo acercar a Alexa, después de que asesinaran a Derek, la alfa suprema le puso escolta

Sword Onyx [3]Where stories live. Discover now