CAPÍTULO 22, PARTE 1

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LA MORDIDA

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DIANA AYLEEN

Llegamos justo al amanecer, y del Jet de Jessica, nos subimos a uno de sus helicópteros para cruzar la montaña, ahí, oculta de la vista humana y entremedio de ese gigantesco manto blanco, estaba el pueblo más hermoso de la Alianza "Luna de inverno"

Es un pueblo de licántropos perdido en el tiempo, sin celulares, ni internet, solo electricidad. Lo que más reluce es la catedral complemente plateada de la Diosa Luna en la plaza, con sus vitrales azules con bordes dorados y una luna llena, menguante y creciente al centro.

La mansión de la madrina de Jessica está un poco apartada del pueblo al pie de la montaña más grande, Jess se la regaló para su cumpleaños número 60 porque ella quería dejar la vida citadina, era hermosa, de veinte habitaciones y baños, una terraza, un helipuerto, en fin todo lo que el castillo poseía. Nada humilde, la verdad. Pero Agatha LeDauc, podía ser todo menos como su hermana, es que debió de mostrarme su identificación de aliado para creer que era hermana del mismísimo Lucifer: Ravena.

El helicóptero comienza a descender y yo cubro bien a Cyprian con su bufanda, a la fuerza porque al niño le gusta sentir el frío infernal del lugar, entrar por su garganta. Volteo a ver a Jessica que mira a Cyprian con una sonrisa burlona.

—Y tú abróchate ese abrigo, por la Diosa Luna—Le ordeno, enojada.

Ella rueda los ojos, pero lo hace de todas forma.

—Ja, ja—Musita Cyprian.

No entiendo esa gente que le gusta sentir el frío, a pesar de que ya no esté en el orfanato o en la calle, nunca, pero nunca disfrutaré de la sensación que trae el invierno.

Al aterrizar, soy la primera en bajar, la nieve había dejado de caer y tanto el helipuerto como la terraza estaban libre de ella. Los sirvientes nos recibieron con una cordial bienvenida, sobre todo a Cyprian, que lo felicitaron por ser el heredero de la Alianza.

—¡Llegaron al fin!— Agatha sale de la casa, en una bata negra y con un cigarrillo en una mano y una taza de café en la otra. —Preciosa Diana Ayleen, te extrañé como no tienes una idea, felicitaciones por tomar el Tratado Triqueta- Me da un abrazo, que casi acaba incendiando mi cabello con el cigarrillo negro.— Mierda.

Deja caer el cigarrillo en su taza de café, y se lo entrega a uno de los sirvientes. Sus ojos azules, como el esperpento ese, van directamente a Jessica y la hacen esbozar una sonrisa de puro amor.

—Cariño mío—Le da un abrazo largo.

—¿Cómo has estado?—Le pregunta Jess.—¿Tu pierna como esta?

Ella hace un ademán con la mano.

—A pesar de mi corta de edad de 166 años, no me puedo quejar, pero he estado mejor—Responde. Se gira a Cyprian. —El heredero de Jessica Favre— Acaricia sus brazos— No podía ser nadie más que tú, Cyprian, el hijo de las mujeres más fuertes.

Mi hijo sonreí y le agradece con dulzura.

—Sabes, eres una celebridad aquí—Le cuenta, tomándolo del brazo y caminado a la casa —Y una brujita que viene todos los días a curarme la pierna, vio tu foto en la entrada y quedó maravillada... se llama Leah, es encantadora...

Entramos y rápidamente el calor de la enorme chimenea me cubre entera. Desenvuelvo la bufanda en mi cuello, cuando Agatha voltea a vernos a Jessica y a mí.

Sword Onyx [3]Where stories live. Discover now