CAPÍTULO 33

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"Triste es recordar que despúes de amar a Diana, no hay nada.

Nada más que miseria."

DIANA AYLEEN

Mi respiración es pesada y densa, tanto que tapó mis oídos. Permanezco en el suelo al lado del pastel destruido de mi hijo, cubierta de su sangre de pies a cabeza. Las personas a mi alrededor me miran con horror, no se atreven a acercarse, y murmuran lo más bajo posible para que yo no los oiga.

Todos ellos son Lunas y Alfas Favre.

—Lo que hizo solo demuestra que no tiene un respeto por ti y por la Alianza, se atrevió a profanar de esa manera tu castillo, que se construyó desde la paz y honor, hija, esto es un acto imperdonable—La voz de Ravena solo me suena a lo lejos, a pesar de que está a punto de entrar a la cocina junto a Jessica.

Ella se aferra al brazo de la su hija, queriendo evitar que entre a la cocina.

—Es un monstruo... No es la excepción en su familia... ¡No puedes tapar el sol con un dedo, hija mía! ¡Ella es una Eckvan! ¡Lleva en las venas la sangre de quienes oprimió y esclavizó a nuestros ancestros por centenas de años!

Jessica sobresalta el charco de sangre, caminando hacia mi dirección.

—¡Es un ángel de la muerte enviado para terminar lo que su tía abuela Rhea Eckvan no pudo! ¡Terminar con nuestra Familia!— Grita ella, al borde de las lágrimas. —¡Pero la sangre Favre prevalecerá! ¡Siempre seremos los vencedores! ¡Asesina… asesina...

Michael la detiene para que no entre a la cocina, cubriéndola con sus brazos.

Jessica se inclina frente a mí, saca el pañuelo del bolsillo de su saco, y lo pasa por mi rostro con delicadeza, para limpiar cada rastro de sangre en mi rostro. Levanto mi mirada hacia ellos, sus rostros esbozaron una expresión de miedo y pavor ante tal sencilla acción de la Alfa Suprema.

Los ojos de Ravena se enrojecen de la impotencia e incredulidad, y Michael debe aumentar su fuerza para que no se le escape de las manos.

"Tiene a nuestra Alfa totalmente poseída" fue el único murmullo que logre escuchar.

Me levanto lentamente, sin la ayuda de Jessica, y es ahí donde dejo caer el cuchillo al suelo, causando un estruendo en el lugar completamente en silencio. Levanto los extremos de mi vestido cubierto de rojo, rodeo a Jessica y me encamino a la salida de la cocina.

Los guardias adoptan una posición defensiva para proteger a la familia real. Mantengo mi mentón en alto, cuando estoy a punto de darle la espalda, Ravena se sacude en los brazos de su alfa y me detengo.

Miro a la luna llena de falsas lágrimas, y ella se paraliza.

—Ahora ella tampoco podrá tener hijos— Suelto, esbozando una pequeña sonrisa.

Mi última mirada hacia esta patética mujer, fue dura y fría y dejo una promesa en el aire que ella captó de inmediato: Sigues tú. Me volteo y comienzo a caminar, dejando atrás todas sus maldiciones hacia mí y a Jessica.

—Reina—Ermer junto al consejo de los brujos más viejos del tratado, se me acerca con los rostros destilando de preocupación.

—Localicen de inmediato a Amina Belanger—Les ordeno fríamente. —Ya pasó mucho tiempo lejos de su familia.

—Sí, Reina—Responden al unísono.

Cyprian y Leah se encuentran al final del pasillo, y detrás de ellos, Carlos, con el rostro pálido y confundido. Al llegar a frente a ellos, Leah hace una reverencia y mi hijo esboza una sonrisa de orgullo.

Sword Onyx [3]Where stories live. Discover now