CAPITULO 17, PARTE 2

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Ni la bibliaaaa tiene esta longitud, pero porque en ella esta prohibido lo que les voy a relatar. 🔥😏

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LA REINA DE UN DEMONIO

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DIANA AYLEEN

Nos tardamos pocas horas en llegar a Amiens, la ciudad al norte de Francia, conocida por su catedral gótica y su campanario medieval. Además de ser atravesada por un hermoso río.

Cyprian nos manda la ubicación exacta del primer humano poseído: Marcus Leduc. Los brujos del orbe se encargaron de borrar sus archivos de su vida humana, por lo que solo tenemos su rostro. Es un joven de 23 años, delgado y alto, con una mandíbula cuadrada y cabello negro y liso.

Amina detiene el auto frente a una casa linda de un suburbio tranquilo. Mordí mis labios, entrando en pánico. Ambas bajamos y veo como la híbrida esconde la estaca de ónix en el bolsillo trasero de su pantalón.

Que no sea un padre... Diosa por favor, que no tenga hijos.

Entramos al pórtico. La música y las risas infantiles me ponen los pelos de punta. No quiero dejar ni un niño huérfano. Al momento de voltearme hacia Amina y decirle que nos larguemos, abren la puerta.

—¿Las puedo ayudar?— Pregunta un hombre de mediana edad.

Doy un paso adelante.

—Sí, buscamos a este sujeto—Le muestro la foto de Marcus.—¿Lo ha visto?

Lleva su mirada castaña a ella, pero niega con la cabeza. Parece que nunca lo había visto. Alce mi ceja, con suspicacia. O quizás está mintiendo.

—Qué linda fiesta ¿De quién es?—Pregunta a Amina.

El hombre sonríe.

—De mi hija pequeña.

Suspiro.

—Invítenos—Lo hipnotiza.

—¿Gustan pasar?

Nos guía por la sala hasta la puerta trasera, en el jardín estaba el cumpleaños, niños corrían y otros jugaban con los humanos disfrazados de animales de la selva. Había una máquina de burbuja, mesas repletas de dulces y una chica que pintaba las caras de los niños de lo que le pidieran.

Amina mantenía una mirada seria, mirando a cada adulto de la fiesta sin rastros de nuestro objetivo.

—Iré a cubrir terreno—Le susurré.

Fingí dar unas vueltas, y Amina seguía en el mismo lugar, solo observando, como una pantera. Al cumplir mi cometido, me le acerco otra vez, completamente feliz.

—¿Aún nada?—Pregunto.

Ella sale de su trance de depredador y me mira. Se sorprende, pero suelta una risa al detallar mi rostro.

—¿Qué?—Dije. —Soy una mariposa ¿Y qué? Mi niña interior está sanando poco a poco.

—Eres la mariposa más linda aquí.

Arrugue mi nariz.

—No lo sé, la perra rubia, de ahí tiene un diamante más grande que el mío—Señalo a la niña que juega con las burbujas mientras baila Dancing Queen de ABBA.

—Es el oso panda—Susurra. Busco al chico disfrazado, lo encuentro intentando no caer al suelo al tropezar con una mesa. —La altura coincide. Además, un niño se lastimó la rodilla al subir al trampolín y le salió sangre, comenzó a actuar raro y ha ido al baño en estos diez minutos.

Sword Onyx [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora