Sword Onyx [3]

CAPÍTULO 14

─•─ )○( ─•─

TUS DEMONIOS

─•─ )○( ─•─

DIANA AYLEEN

El invierno no era mi estación favorita y eso tenía razones muy deprimentes que no quisiera recordar. Pero sin duda, la nieve era mi fenómeno climático favorito, más cuando podía usar mis guantes y gorro de girasoles que yo había tejido, aparte de mis múltiples abrigos y bufandas.

Mi mente se encontraba saturada por lo sucedido ayer con Jessica. Así que cuando Amina y Cyprian querían ir a Lyon por diferentes razones, me apunte de inmediato. Cyprian fue a la cabaña de su profesor, experto en la lengua de Nara, Logan, con escolta personal: Atlas y Nikolas, y yo me adentré en el bosque con Amina.

El bosque de los demonios.

Un nudo se instaló en mi garganta al momento de pisarlo. Pero, sorpresivamente, ahora cubierto de nieve blanca, no parecía tan intimidante. Nos dirigimos al subterráneo de donde... Ziah y Erika organizaban peleas con híbridos salvajes modificados.

Yo, a diferencia de Amina, estaba abrigada de pies a cabeza. Y eso nos permitía tocarnos, me sujetaba de su brazo como si vida dependiera de ellos. La nieve todavía no dificultaba caminar, pero literalmente, este bosque está podrido de actividad demoniaca.

—Entonces, ¿Los híbridos todavía están ahí?—Pregunto. Ella asiente. —¿Y te obedecen?

—Sí—Su tono es frío, pero sé la razón, se preocupa de mi reacción. Después de todo, ellos… Terminaron con mi cuerpo.

—Tranquila, no los culpo a ellos, son animales—Dije. Para luego arrugar mi nariz y entrecerrar mis ojos mirando a la nada—Culpo a Ziah… ¿Sabes algo de ella?

—Unas brujas me informaron hace unos meses que estaba en Italia, pero no tengo noticias actuales… ¿Y tú?

—Una vez recibí un regalo con una carta espeluznantemente explícita de ella. Creí que era para mí, pero era para Eckvan, suplicaba su perdón y a la vez, "recordar viejos tiempos"—Ambos hacemos una mueca de asco. — Eso me pasa por metiche.

Suelta a reír y yo sonreí con alegría porque logre que dejara de estar tan tensa. En pocos minutos, nos encontrábamos frente a la entrada al subterráneo, la puerta estaba sellada por tablas, supongo por la Alianza. Amina las saca de un movimiento, sorprendiéndome. De verdad, es impresionante lo fuerte que es.

Cuando abre la puerta, veo la escalera larga que, a medida que desciende, se inunda en una oscuridad espeluznante. Amina baja el primer escaló, y me extiende la mano para ayudarme a bajar.

La tomo y gracias a mis guantes de girasol, no nos hace daño; sin embargo, no me muevo. Los gritos del público comienzan a resonar en mi mente, la voz de Erika anunciando que soy la Luna Suprema y el rostro de Ziah mirándome, todo se me acumula en mí, provocando que mi corazón se acelere y suelte la mano de Amina.

—No puedo—Confieso. —No quiero volver ahí.

Amina relame sus labios, pero asiente.

—Volveré mañana...

—No, ve tú—Me apresuro a decir. — Solo les darás de comer, estaré bien.

—Diana, casi no puedo escuchar lo que pasa aquí cuando estoy abajo y deje mi teléfono en el auto.

—Estaré bien—le aseguro.

Me da una mirada desconfiada, y me dice que la espere. Baja y a los segundos vuele con dos woki tokis en cada mano. Me entrega uno.