CAPÍTULO 6

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ENTRE TRAIDORES NOS AYUDAMOS

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AMINA BELANGER

Sacudo mis pies en el pórtico antes entrar a la mansión. Siento enojo, y solo anhelo un poco de paz. El subterráneo en Lyon todavía está siendo vigilado y no pude llevarles algo de comida a los híbridos. Además, en dos días había luna llena y no sé que voy a hacer para evitar que escape si pierdo la conciencia.

Entro a la mansión, sin antes darle un vistazo a los árboles del bosque, el olor a pintura fresca me llega de inmediato. Lo único bueno de este día es que ya estoy por terminar la sala de estar.

Voy a echar un vistazo. Conserve los cuadros que mi madre había pintado, retratos de nosotros tres, sin embargo, cambie el color a uno verde esmeralda, y la chimenea tendrá flores talladas, girasoles.

La casa que crecí, la que ahora estoy remodelando y le que había ocultado de la alianza por más de cien años, volvía estar habitada, por dos de los tres hermanos, a la que les pertenece. Y espero que también viva aquí, cierta pelirroja, porque entonces no tendré razón alguna para tallar girasoles en una chimenea de mil dólares.

Las voces en la cocina me hacen ir hacia ella. Atlas y Giselle estaban en la isla, comiendo la pizza de ayer.

—Volvió la hibrida más sexy del mundo—Insinúa la rubia.

La ignoro, saco una bolsa de sangre del refrigerador y me sirvo un poco en un vaso.

—¿Por qué no está encadenada?—Le pregunto a Atlas.

Giselle me guiña un ojo. Mi hermano gemelo le da una mordida a la pizza primero ante de hablar.

—Trabajamos en el retrato hablado de Rhea Eckvan—Dijo, levantando de la mesa una libreta.

En el había un pésimo dibujo, su cuerpo era de palitos y un círculo enorme como cabeza, tenía una sonrisa con dos colmillos y su cabello era de color rojo, pintado a lo loco. En su mano sostenía una espada negra.

—Wow—Suelto con sarcasmo. Volteo a ver a Giselle. —¿Alguna noticia de Mikaela, maldito engendro del diablo?

—Aparte de que Jessica está iniciando una relación con la mosca muerta de Adara Stone y que soy la tercera traidora, más buscaba de la alianza gracias a Alexa—Espeta con rabia. —No podemos entrar al tratado esta semana, Cyprian estará allá.

Tomo asiento.

—Primero que nada, deja de hablar en plural, no somos el trío de los traidores, y ya es tiempo de que asumas que Jessica es la que le puso precio a tu cabeza, no Alexa—le dije, suspiro con decepción. —Creo que tendré que cortarte un dedo y mandárselo por correo.

Ella me mira espantada, y guarda sus manos debajo de la mesa.

—Centrémonos en como evitaremos que mañana huyas y aterrorices a la ciudad—Pide Atlas.

—¿Por qué no le pides ayuda a un aquelarre?—Dice Giselle. —Seguramente conoces a muchas que darían todo por verte sudorosa y como te arrancas la camiseta.

—Porque lo último que querría es estar desnuda en un lugar lleno de brujas locas.

—Se la comerían viva y ojalá hablara de canibalismo—Comenta Atlas. —¿Y Eckvan?

Me cruzo de brazos.

—Bien, estamos entre brujas ninfómanas o un demonio desquiciado con una obsesión conmigo— Espeto.

Sword Onyx [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora