CAPÍTULO 12

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EL VERDADERO AMOR

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JESSICA FAVRE

Tres helicópteros sobrevolaban arriba de nosotras, preparados para frenar cualquier amenaza que provenga del límite, mientras nosotros recorríamos la muralla. La construcción avanzaba considerablemente rápido para ser de 15 metros y rodear todo el límite, y quería asegurarme que hacían un buen trabajo.

Adara caminaba junto a mí, mientras que Cyprian, Carlos y Damian, el brujo entrenador de Cyprian permanecían alejados. Y a pesar de la distancia y el viento de invierno, puedo escuchar a Carlos susurrar sus quejas hacía Adara.

Los alfas del sur y mis padres también decidieron acompañarnos, los cuales iban atrás de la víbora de Carlos.

—Es increíble lo que los aliados pueden hacer por nosotros—Comenta Adara, entrelazando su brazo con el mío. Asiento.— Me hubiera gustado haber pasado la fiesta con usted, pero lo bueno es que está bien y esos vampiros recibieron su merecido.

Me sonríe, le correspondo vagamente.

—Te apuesto lo que sea que no se trataba de vampiros rebeldes, sino de vampiras que chupan más que sangre—Escupe Carlos en un susurro a Damian. Adara lo escucha, aprieta sus labios y trata de ocultar su rostro.— Copia barata de Diana Ayleen, solo que sin el amor de Jessica.

Me detengo, y lo volteo a ver, todos, incluidos mis padres y los alfas de sur, se paralizan. Hago contacto visual con Carlos, y él rápidamente apunta a Damian. El brujo rubio abre sus ojos a más no poder y comienza a negar la cabeza con desesperación. No tengo la necesidad de ir y decirle algo, porque Carlos entiende la advertencia, baja la cabeza, y por fin se calla.

—Adara—La llamo, ella me mira de inmediato, y notó sus ojos cristalinos. —Él era el mejor amigo de Diana y estoy segura de que de ella aprendió a inventar estupideces sin sentido. Pero discúlpame por la poca educación de mi hermano.

Ella asiente.

A pocos metros la muralla llegaba a su fin, así que nos detenemos.

—¿Celeste aún no ha querido venderle su terreno, Alfa?—Pregunta ella.

—No quiere ceder.

— Si me permite decir algo— Asiento. —Creo que debería de declararla como una traidora.

—Lo he pensado—Digo. — Pero no podría hacerle eso a sus hijos, ellos han crecido en la alianza y el mayor quiere ser parte de la Elite.

—Aunque si la declara traidora no sería por un delito grave y entonces solo tendría que trabajar en uno de sus castillos por 20 años porque no presentan ninguna amenaza para la familia real, sus hijos no sabrían que tienen una madre traidora.

La miro, sorprendida de que ella sepa eso. La pelirroja se sonroja levemente.

— Me encanta leer sobre la historia de su alianza, es impresionante, cuando usted sale de viaje me instalo en su biblioteca privada para aprender.

Sonreí, y el brillo de tristeza que aún tenía por las palabras de Carlos se esfuma para ser reemplazado por uno de emoción. Después de un rato hablando de lo que ha aprendido, una luna del sur se lleva a Adara con las otras lunas.

El atardecer en esta altura se veía precioso, más cuando el sol parecía ocultarse entre mi denso bosque. Mamá se acerca a mí, lo cual me hace rodar los ojos.

Sword Onyx [3]Where stories live. Discover now