CAPÍTULO 10

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LA RELIQUIA DE UNA BRUJA LOCA

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GISELLE MÜLLER

Atlas está rodeado de brujas, primerizas y jóvenes, y a pesar de que tener heridas graves, parece estar en el paraíso.

—Ese no es el hechizo para sanar las heridas en el estómago—Dijo una castaña a su compañera del lado derecho—Es el hechizo del otro grimorio.

Esta cueva estaba horrible, pero lo suficientemente alejada de la mansión, sin embargo, me estoy preocupando al no saber noticias de Amina.

—Hay que traer hierbas y miel— Ordenó la mayor de todas de unos 23 años.

—No pueden salir hasta que venga su bruja madre—Les digo. Las diez brujas rodaron sus ojos y yo fruncí el ceño. Me arriesgo por estas perras y así me pagan.

Dirijo mi atención hacia Atlas, que es acariciado en el cabello por una bruja rubia.

—¿No estás un poco preocupado por Amina?—Cuestione exasperada.

—Si estaría muerta, yo lo estaría—Dice con descaro.

Niego, fastidiada. Miro al bosque para despistar esos pensamientos. 《¿Y si Amina se transformó y yo no estaba ahí?》 Aprieto mis puños, nerviosa. Rhea va a matarme ¿Lo mataría de todos modos después de que hiciera lo que me ordenó?

El ceño se me frunció al oír un aullido, era la tarde y aquí no hay licántropos cerca. Se replica ese grave aullido. Atlas y yo conectamos miradas y pensamos lo mismo.

Amina.

—¿Es un híbrido?—Pregunta una de ellas causando una oleada de suspiros de susto.

—El límite está cerca, no es nada—Digo.

Atlas intenta levantarse, pero sus piernas se debilitan, quiere intentarlo otra vez, pero las brujas no lo dejan.

—Yo iré a ver, cúrenlo—Ordeno.

Ahora sí, el híbrido tiene en su rostro una mueca de preocupación. Bajo en cuestión de segundos la colina y me adentro en el bosque. El atardecer ya se instaló, y si Amina se había transformado en híbrido antes de la luna llena, le esperaba una inestabilidad en sus próximas lunas.

Saco la daga que Rhea me había dado cuando llego al punto medio del bosque, a mi lado derecho, a menos de cinco kilómetros, estaba el límite.

Los híbridos salvajes pueden comer de toda clase de criaturas y los híbridos omegas no eran la excepción. Paso mi mano por el filo, dejando caer las gotas al suelo.

Llevarla dentro del límite y huir lo más rápido posible, Giselle.

Eso harás el resto del tu eternidad: Huir.

La escucho, viene tras de mí, sus patas mueven la tierra y alborotan los árboles. Comienzo a correr. Tanto ella como yo tenemos una velocidad sobre humana. Puedo divisarla entre los árboles, su pelaje era negro.

Me encuentro a pocos metros del césped seco y los árboles podridos. Cinco siluetas negras aparecen del otro lado y justo en medio se encuentra Rhea, con su espada negra y su cabello rojo tomado de una perfecta cola. Todos, al ser nocturnos, se cubren del sol con capas negras de pluma o cuero.

Me detengo al estar a unos treinta centímetros del límite. Amina sigue corriendo y en unos pocos segundos ella se presentaría ante Rhea. Lanzo la daga a sus pies, y le ruego dejarme ir, pero ella alza la mano, callándome.

Sword Onyx [3]Where stories live. Discover now