Sword Onyx [3]

CAPÍTULO 17, PARTE 1

Por el titulo comprendera q se viene largito.

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¿QUE ES MÁS PELIGROSO?
A)CINCO POSEÍDOS.
B) UN DEMONIO "BUENO".
C)UNA AMINA CELOSA.

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DIANA AYLEEN

Qué lindo era despertar con una victoria, Carlos me ha escrito que su madre en dos semanas sé irá a Rusia, y que Adara no ha salido de su habitación desde ayer.

Creo que soy la primera en levantarse de la mansión, así cuando ya estoy lista y bonita, trato de no hacer ruido al bajar a la cocina. Pero ahí estaba Amina, lavándose las manos en el lavaplatos. Ella era madrugadora, incluso más que yo, y por su camiseta negra pegada a su cuerpo, supongo que estaba entrenado.

—Buenos días, rulitos—Rompe el silencio, enfocando su mirada en sus manos. No puedo evitar notar su tono frío.

—Buenos días, híbrida del mal—Dije.

Abro el refrigerador y saco mis fresas. Al darle una mirada, noto como el agua que desprendía de sus manos era de un color rojizo. Con el ceño fruncido, me posiciono a su lado.

—Entrenaste duro, hoy—Menciono.

—Se podría decir, necesitaba librar ciertas emociones— Musita vagamente. No entiendo esa insinuación, asi que me encogí de hombros —¿Cómo te fue con Jessica?

Solté una sonrisa.

—Excelente— Ahora ella me mira, con los ojos de un verde oscuro. —Entendió mi dilema, y dijo que tomara cartas en el asunto.

—Creo que volvere a entrenar.

Mordí mi labio inferior, sin saber lo que sigue ahora, porque al parecer no estaba de humor.

—¿Y como les fue con Mikaela?— Me apresuro a preguntar para que no vaya.

Suelta un suspiro, y se gira hacia mí.

—No quiso ayudarnos, dijo que de todos modos Giselle terminó con ella y no teníamos con que amenazarla para que nos ayudara a entrar al tratado triqueta. Una lástima, en verdad.

Apreté mis labios, decepcionada. Un ruido que viene de debajo de nosotras, en el sótano, me sobresalta y miro a Amina con miedo.

—¿Qué fue eso?—Pregunto.

—Mikaela. —Dice. Abro mis ojos a más no poder. —Pero ya la callo, no te preocupes. Sigue pensando tu excelente visita con la Alfa Suprema, sabemos como enloqueces cuando se trata de Jessica.

—Oye, estás insoportable…—Paso por mi lado, ignorándome y baja al sótano.

Tocan el timbre exactamente cuando Amina azota la puerta. Ruedo los ojos, y voy hacia el lobby con los dientes apretados. Ojalá sea Carlos, para que le diga a doña gruñona que no hice nada con Jessica.

Abro la puerta, y me quedo sorprendida al ver una mujer joven que no conozco. Su presencia y atuendo eran impecables, traía su cabello castaño en un elegante moño y en su rostro había una sonrisa extrañamente amable.

—Buenos días, Diana Ayleen—Dijo, alzándome su mano, yo la estreché, confundida. —Soy Lizbeth Curie, bruja del consejo de los brujos más viejos del Tratado Triqueta ¿Podría hablar con usted?

Mierda.

—Sí. —Trato de no caer en un ataque de pánico. —Pasa, Liz ¿La puedo llamar Liz?

Ella ríe. —Claro. Me hace sentir joven.