CAPÍTULO 35

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Recapitulemos señoras..

● Diana esta 🤰

● la pocima que bebió es para que sus hijos nazcan muertos.

● Ahora, tienes dos meses de siete que son para gestar un alfa, que en su caso son dos alfitas.

Un mes después...

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CUATRO LUNAS LLENAS PARA QUE SE ROMPA EL LÍMITE

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JESSICA FAVRE

El viento de invierno estaba más tranquilo de lo habitual, y eso es anormal, porque me encontraba arriba del muro de 40 metros que rodea el límite casi en su totalidad.

Solo faltaban 20 metros para proteger a mi alianza completa, un pedazo de tierra que tomé posesión hace cinco minutos.

Celeste se aferraba al último peldaño de la entrada de su casa, mientras un soldado la toma de la cintura, jalándola con fuerza para que cediera. Sus gritos provocan que sus hijos lloren más y su alfa no puede controlarla, la única que se encuentra tranquila, es su pequeña hija bruja.

Tres brujos controlaban que el fuego solo consumiera su casa hasta el último trozo de madera, y no se expandiera mi bosque.

Cuando por fin se rinde, acabada y cansada, Celeste cae de rodillas al césped, y suelta un último grito que desgarró su garganta. Se levanta, y gira su rostro hacia mí, con los ojos rojos por su llanto y los dientes apretados de rabia.

—¡Puto monstruo!— Me grita, y tira un escupo con repudio a la tierra. —¡Larga y dolorosa muerte a la Alfa Suprema!

Ese rastro patético de amor por mí que aún le quedaba y con el que me miraba se había esfumado. Acabo por fin su obsesión infantil conmigo. Y no podía estar más agradecida, porque repudio que los traidores sientan algo que no sea odio y miedo por mí.

—Asegúrate que salga de mi territorio sin escándalos—Le ordeno a Vicente, que está a mi lado, él asiente y se encamina a las escaleras con tres guardias detrás.

—Toda esa escena por un miserable pedazo de tierra infértil— Mi padre se acerca a mí. —¿No te habrás precipitado? Celeste era un integrante influyente en la alianza desde que empezaste una relación con ella. Había quienes daban por sentado que era tu Luna Suprema.

—Mi paciencia tiene un límite.—Respondo vagamente.

—He estado oyendo rumores, fuertes y de fuentes confiables— Lo observo. —De que Belanger está formando un ejército de vampiros.... Supuestamente, para hacer una rebelión contra ti. De a poco están saliendo vampiros de la alianza y seguramente ella es la razón —Susurra. Alzo mis cejas, sin mucho interés—Creo que hay que comenzar a tener cuidado...

Suelto a reír sin dejar que terminé de decir aquella tontería.

—¿Tener cuidado de ella?—Expando una media sonrisa, burlándome en su cara.—Amina Belanger no presenta amenaza alguna para mí, ni su patético ejército contra el mío, ni en un enfrentamiento a puño limpio.

Él aprieta sus labios, y veo un destello de miedo recorrer su mirada azulada, haciéndome poner los ojos en blancos. Me dispongo a bajar de una vez por toda, pero me detiene tomando mi brazo a medio camino.

—Carlos me dio la noticia de Diana—Dice con seriedad. —Ella está embarazada, y al parecer de Belanger.

Tense la mandíbula, apretando mis dientes con fuerza, y quito su maldita mano de mi brazo fácilmente. Detesto tanto que intentara ejercer su fuerza sobre mí, como si aún tuviera 8 años.

Sword Onyx [3]Where stories live. Discover now