CAPÍTULO 16

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DULCE AJUSTES DE CUENTAS

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DIANA AYLEEN

Pasaron dos días, donde por tanto meditar lo sucedido en el castillo termine con dolor de cabeza. Aún tengo pesadillas de como Jessica le cortaba la cabeza a Alessa y como una estaca llegó a parar al estómago de mi hijo.

Estoy segura de que fue Adara que le dió la orden a ese guardia. Pero debo jugar bien mis cartas, porque a pesar de todo, ella traía en su vientre al primogénito de Jessica. Por suerte, tenía alguien que podía permitirme entrar al castillo, sin problemas.

Las enormes puertas del castillo se abren cuando piso el último peldaño. Carlos corre hacia mí, y me saluda de un abrazo.

—Vamos— Susurro.

Al entrar, varios guardias bajaron la cabeza, quienes estaban presentes en esa reunión. Cuando nos acercamos a la cocina, a las chicas que algunas veces me ayudaron a cocinar pasteles, ellas me recibieron con una sonrisa y me llenaron de abrazos.

Me llevan a la gran cocina del castillo, donde me encontré a Daisy, aquella mujer que me recibió la primera vez que llegue al castillo y quien me ayudó muchas veces. Junto a ella estaba su esposo Eliot, el jardinero.

—He cuidado muy bien de sus flores, Señorita Diana— Asegura él, era un licántropo beta viejo, como de unos 200 años.

Apesar del dolor en mi pecho, le sonrió genuinamente.

—Gracias, Eliot, pero ya no son mías.

—Extrañamos comer con usted y Cyprian, señorita Diana— Dijo Alicia, una de las pocas sirvientas que no quería estar con Jessica y que me odiara por ser su prometida.

—¿Se acuerdan que hasta la Alfa comía con nosotras y la señorita Diana aquí?—Salto Mónica, una joven omega castaña.

Carlos me jala vestido para que lo vea.

—¿Jessica? ¿Jessica Favre comió en la cocina?—Cuestiona con asombro. Asentí. — Imposible.

—Sí, príncipe— Suelta Alicia. —Ahora ya no está nunca en el castillo.

—Y quién la puede culpar, Adara es insoportable— Masculla Mónica, y Daisy la hace callar. —¡Es la verdad y la Diosa lo sabe! ¡Ay, señorita Diana, vuelva aquí, por favor! No soporto que esa chica me dé órdenes.

Reí con incomodidad.

—Lo siento, no depende de mí…— Dije, nerviosa. —Como ya saben, Jessica está con Adara ahora y tendrán un hijo.

—Pero la Alfa no la ha olvidado, aún tiene todas sus cosas…

—Seguramente, la señorita Diana vino a hacer algo importante— Daisy la interrumpe. Ellas se quejan. —No le quitemos el tiempo y hay que preparar el almuerzo ¡A trabajar!

Ella no me mira o se acerca a mí. Lo cual me confirma que sabe lo que soy y me tiene miedo, ya que tampoco permite que su esposo se acerque de mí. Mis ojos le arden, pero aguanto las ganas de llorar y me despido de las chicas.

—¿Y Amina ha sabido algo de Abel?— Pregunto Carlos, con la mirada perdida, mientras subimos las escaleras.

—No, por alguna razón, Atlas y Amina se enojan cuando menciono su nombre— Le respondí. —Pero trataré de averiguarlo.

Asiente, con la cabeza gacha. Lo rodeo con mi brazo, y le doy un beso en el hombro. Llegamos al pasillo de su estudio. Lo primero que veo es que frente a sus puertas, estaban mis peores pesadillas.

Sword Onyx [3]Where stories live. Discover now