Sword Onyx [3]

CAPÍTULO 3

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HUÉSPED O PROPIETARIA

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CARLOS FAVRE

Nikolas analiza la hoja de la cronica de Nara escrita en lengua de brujos, alza una ceja, confundido. Miré a Cyprian, y le doy la razón: No tiene ni la menor idea que dice.

—Es nieto de Nara. ¿Cómo es que no sabes su lenguaje secreto?—Pregunté, incrédulo.

Él deja la hoja en la mesa.

—Disculpa, pero mi abue solo era eso, tu no aprendes lenguas antiguas con tu abuela, cocinas galletas con chocolate caliente—Se defiende.

Eso me indigna, ya que yo no pude conocer a mi abuela, así que no tengo la menor idea de que es tener una.

—Era la mejor bruja de todos los tiempos, debió darte alguna herencia de ese poder—Exclamé.

—Tú sabes muy bien que ella no me veía como un sucesor, sino como su nieto consentido—Me ataca.

—Eras su único nieto, imbécil.

Él comienza a mover sus manos en el aire con suavidad, como si bailaran, hasta terminar levantando el dedo del medio. Fruncí mi ceño, ofendido. Cyprian rueda los ojos y suelta un gruñido de exasperación.

—Esto es inutil, hay que ir con el profesor Logan— Espetó.—Él es el único que puede traducir lo que dice.

Me levanta del sillón, cruzandome de brazos.

—Jessica lo perdonó solo si no volvía a la Alianza, no querrá meterse en más problemas. — Apretó sus labios, indeciso. — ¿Qué podemos hacer? ¿Obligarlo?

Comparten miradas con Nik, y Cy se encoge de hombros. Se lo que están pensando y rápidamente me opongo.

—No, no, no somos matones—dije molesto. —¡No!

Se dirigen al estacionamiento subterraneo, conmigo quejandose detras de ellos. Al estar frente a mi auto, niego con la cabeza, apretando las llaves fuertemente en mis manos.

—Vamos—Pidió Cy. —Yo no sé conducir, pero si quieres Nik lo hace.

Miré al brujo, que esbozó una media sonrisa.

—Y hasta el día de hoy sigo pagando el mercedes de Jessica que destruí, saliendo del estacionamiento—Recuerda él. Solté un quejido. — ¡Carlos! ¿Mataste a un demonio y ahora tienes miedo?

—No es eso, es que no sirvo para extorsionar.

—¡Yo conduzco!—Salta una cuarta voz.

Damian, el nuevo entrenador de Cy, se acerca a mí y siento como me pongo rojo de la rabia

—El grupo está completo, gracias—Mascullo entre dientes.

—Arriesgue mi vida por esas hojas, tengo derecho a saber lo que dicen—Mira a Cyprian —Le dire a Luna Ravena que tu entrenamiento está completo.

Él no tuvo que pensarlo dos veces.

—Bienvenido al club—Dijo.

Se sube a los asientos traseros junto Nik. Damian se pone frente a mi con una sonrisa burlona y extiende su mano.

—Vamos, lobito—Susurra.

Le entrego la llave bruscamente. Y nos subimos.

—Este auto vale más de lo que ganarás en toda tu vida, así que cuídalo, animal— Suelto, con condescendencia.