Capítulo 4. Un científico loco

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Todos se acercaron un poco a la persona enmascarada, mientras que Megan se quedó en el rincón, observando y analizando cada palabra y movimiento que realizaban los enmascarados.

-No se acerquen, es mejor pasar desapercibidos.

-¿Desapercibida yo? -rio Christine-. No paso desapercibida por mi brillo natural, linda.

-Sólo quédense acá -replicó Megan.

El hombre sacó una bolsa de tela y los demás enmascarados imitaron su acción, Megan arrugó la nariz, tenía un mal presentimiento acerca de eso.

-En este lugar depositarán sus celulares y, a los que sobrevivan, se les regresarán al final del juego.

-No puedo vivir sin mi precioso -dijo Devon, sujetando con fuerza su celular.

-No me cae el 20 en eso -susurró Megan, tratando de sacar alguna idea-. Tengo un plan, acérquense.

Todos se acercaron para no ser escuchados por los demás equipos, los cuales estaban sacando sus celulares para meterlos en aquellas bolsas de tela café.

-Sáquen el chip de su celular y guárdenlo en alguna parte de su ropa.

Todos hicieron caso y sacaron el chip de su celular con bastante delicadeza, volvieron a dejar el celular igual, para que no pareciese manipulado y no sospecharan del plan.

-Yo no traigo bolsas en ningún lado -dijo Christine sujetando el chip en su mano.

-Mételo en el sostén o algo, pero hazlo rápido porque los imbéciles ya vienen hacia acá -susurró Megan, metiendo el chip en el calcetín de su zapato.

Metió el chip entre sus pechos, asegurándose de que no fuera a caerse.
Un enmascarado se acercó a ellos y los miró por unos segundos para luego extender la bolsa hacia delante, sin decir ni una sola palabra.

Elaine y Megan fueron las primeras en hechar su celular a la bolsa; Devon le dio un beso a su celular y lo tiró sin ver hacia al frente; April, Wendy y Edward lo tiraron al mismo tiempo; mientras que Christine no quería soltarlo y estaba haciendo un drama.

-¿Saben lo cara que es la funda de mi celular? -señaló la parte trasera de su dispositivo-. Tiene diamantes incrustados, importados desde Turquía.

El enmascarado la miró sin decir nada y extendió más cerca la bolsa, insinuando que no le importaban sus excusas.

-Ni siquiera tiene chip, no pelees y dáselo -le susurró Megan, apretando los dientes para que no notarán el movimiento de sus labios.

-Es actuación, para que me crean, se nota que no sabes de actuación -le susurró de vuelta- ¡Bien! Se los daré, pero me tendrán que pagar la funda cuando gane -soltó el celular en la bolsa.

El enmascarado se fue y los chicos suspiraron con alivio.
Megan volteó a ver a los demás equipos y una chica peliblanca captó su atención. Aquella chica la estaba viendo fijo, cuando notó que Megan la miró, sonrió y levantó su pulgar, sacó ligeramente un celular de su sostén y le guiñó un ojo. Megan se rio con ironía y volvió la mirada a su equipo.

-¿Cuál es el motivo de tu sonrisa? -preguntó April con delicadeza.

-Nada especial -sonrió y se cruzó de brazos-. Por ahora hay cosas más importantes y una de ellas es sobrevivir.

Se volvió a encender el televisor y solamente vieron un ojo marrón a través de la pantalla.

-¿Cómo funciona esto? -habló, mientras su cabello se asomaba por la cámara-. En serio es realmente difícil.

La mansión sin retornoOnde histórias criam vida. Descubra agora