Capítulo 22. Los candados

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—¿Qué leíste, Meg?

—No entiendo a qué se refiere.

"Recuerden, oh, pequeños, recuerden. ¿Por qué están aquí? Entre ustedes tienen la respuesta y la salida."

—¿Recuerden? —susurró Wendy.

—¿Entre nosotros tenemos la respuesta? —Elaine levantó una ceja

—¿Y la salida? —April hizo una mueca de confusión.

—Debe de habernos elegido por algo, ¿no es así?

—Por eso es que nos dijo que le agradeceríamos luego.

—Juega con nosotros, nos quiere volver locos.

—Debe de haber algo que tengamos en común.

—¿Seremos familia? —sonrió Devon.

—Lo dudo mucho, demasiado.

—Algo nos conecta, pero, ¿qué es?

—¿Tal vez tenemos el mismo pensamiento? —asintió la rubia.

—No, debe de ser algo más profundo o algo así.

—No lo entiendo —se quejó Wendy

Edward comenzó a darse la vuelta lentamente, sacudiendo su cuerpo para lograr girarlo. Después de uno minutos de esfuerzo logró darse la vuelta, viendo otro texto en la pared.

—Megan...

—¿Qué pasa?

—¿Por qué l-los nombres de mis pa-padres están en la p-pared?

—¿Qué?

Todos comenzaron darse la vuelta torpemente, hasta que lograron voltear a ver a la otra pared.

—Megan, está el nombre de mi papá... ¡Es mi papá! —gritó April.

—Mi mamá... Está también el de mi mamá... —susurró Christine con horror.

—Megan, también está el de mi mamá —le dijo Wendy, sin apartar los ojos de los nombres.

—También está el de mi mamá —replicó Megan.

"EDGAR BROWN.

MARGARITA DÍAZ.

HÉCTOR GREENING.

LILIANA GARZA.

LUISA MARTÍNEZ.

ENRIQUETA VELÁZQUEZ."

—¿Por qué están los nombres de nuestros padres?

—Los míos no están —dijo Devon.

—Los míos tampoco —le siguió Elaine.

—Ni los míos —prosiguió Robin.

—¿Por qué sólo están los nuestros?

—No sé, pero hay un texto más, está abajo y es más pequeño.

"Lo descubrirán después."

—Era obvio que no nos iba a decir...

—Pero no entiendo la razón del porque sólo están algunos padres y los demás no —replicó Elaine.

—Ni idea, deben de estar relacionados.

—Insisto que son familia —susurró Devon.

—No, tarado, no somos familia, no tenemos el mismo apellido, o sea, necesitamos un apellido extranjero y uno mexicano, no nos relaciona —le dijo Megan, para luego hacer una mueca de dolor y soltar un pequeño quejido.

La mansión sin retornoWhere stories live. Discover now