Capítulo 33. Devon

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El castaño se acercó hacia Megan, empujando el cuerpo de la chica, ligeramente hacia la otra habitación.

—No te entiendo, Devon, ¿qué nos quieres decir?

—¿Qué sucede, Megan? —April se acercó a ellos dos.

Megan y April se metieron de nuevo a la habitación, sin cerrarla, los demás del equipo se quedaron afuera sin entender nada de lo que estaba sucediendo.

—Sólo quiero decirles unas cosas, ¿si?

—¿Y no pueden esperar a que salgamos de aquí? Estamos muy cerca de irnos de este maldit... —April miró a Devon a los ojos y entendió de inmediato lo que quería hacer— Oh... No, Devon.

—Sí, así que lo único que pido es que me escuchen con atención.

—Bien, pero igual saldrás con nosotros, así que te escuchamos.

—Primero lo que tengo que decirte a ti, April —le sonrió y colocó su mano en la mejilla de la chica—. Sabes que siempre serás como una hermana menor para mí, no tengo hermanos y tú llegaste para alegrar mis días con tus comentarios y tus acciones, por eso siempre serás mi pequeña hermanita.

—Ay, Devon... —April soltó unas pocas lágrimas.

—No llores, linda —Devon la abrazó—. Te prometí que nunca me alejaría de ti y no pienso romper mi promesa.

April le regresó el abrazo con fuerza y luego se separó secando sus lágrimas.
Devon dirigió su mirada hacia Megan y le sonrió.

—Megan, a ti también quisiera decirte algunas cosas —rió.

—No estoy entendiendo, Devon, explícame por favor.

—Sólo quiero confesarte que estoy enamorado de ti desde que éramos pequeños —le sonrió y también tomó su mejilla con delicadeza—. Siempre te me hiciste una chica super increíble y muy hermosa, por eso y miles de razones que no tengo tiempo de decirte, me gustas.

—Sí tienes tiempo, Devon, tienes mucho tiempo de decirme cada una de las cosas —tomó su mano con fuerza—. Tienes varios meses y años para confesarme cada una.

—Megan... Tú y yo sabemos que no es así, por favor no me hagas esto más difícil de lo que ya es —sus ojos se cristalizaron y su voz se fue quebrando poco a poco.

—Devon, explícame por favor, dime qué sucede —comenzó a llorar, haciendo que sus palabras se fueran entendiendo cada vez menos—. Po-Podemos solucionar to-todo juntos, por favor, Devon... Por favor.

—Ay... No llores, guapa —secó sus lágrimas con una sonrisa y algunas gotas amargas cayeron por sus ojos.

Devon tomó la mano de Megan y le entregó un papel, que parecía que tenía algo dentro de él.

—Tendrás que leerlo después, hermosa.

—No me hagas esto, Devon —recargó su cabeza en el pecho del chico.

—Lo siento... —la abrazó con fuerza.

—No te disculpes, tarado.

Devon sonrió.

—Megan, tú siempre te sacrificas por los demás sin importar lo que pierdas... Así que, de vez en cuando, alguien debe sacrificarse por ti.

April se acercó a ellos y también se unió al cálido abrazo lleno de lágrimas.
Devon se separó de las dos chicas. Megan dirigió su mirada al techo, dándose cuenta de que había algunos rociadores pegados arriba.

—Lo único que me queda por decirles es... —sus ojos soltaron las lágrimas que tanto había retenido, borrando su sonrisa—. Q-Que... Las amo con el alma chicas.

La mansión sin retornoWhere stories live. Discover now