Capítulo 34. Arriba

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Megan secó de nuevo sus lágrimas y sonrió, caminó hacia el grupo y se unió a ellos.
Todos se detuvieron al fondo del pasillo, había tres lugares a los que podían ir: la derecha daba a otras puertas, al frente había unas escaleras y a la izquierda había una sola puerta con el letrero de "SALIDA".

-Deberíamos de ir allí -Cindy señaló la puerta.

-No creo, puede ser una trampa -le respondió su hermana.

-Pero dice salida, nosotros ganamos, ya deberíamos de salir -se acercó rápidamente a la puerta.

-¡Espera, Cindy!

Cindy vio a dos chicos sentados cerca de la puerta, uno parecía que quería decirle algo, pero el chico que tenía a lado le tapó la boca.

-No puedes decirle nada...

El otro chico asintió y apartó su mirada de la chica.

-Cindy... No creo que debas abrirla -le dijo Megan al ver la reacción de los dos chicos.

-Yo ya quiero irme con mi mamá -tomó la manija.

-Por favor, Cindy, espera -Nancy comenzó a caminar rápidamente hacia ella.

Cindy terminó por abrir la puerta, provocando que una guillotina cayera desde arriba, asesinando a la pequeña chica. Nancy fue salpicada por toda la sangre, quedando en shock, la puerta se volvió a cerrar.

-Mierda... -Robin miró el cuerpo de la chica con espanto.

Christine cubrió su ojos y se acercó a Edward, quién la abrazó, mirando hacia otra dirección.
Nancy terminó por soltar un grito desgarrador y se acercó corriendo al cuerpo cortado de su hermana.

-¡¡Cindy!! ¡Te dije que no abrieras la maldita puerta! ¡¿Por qué no puedes hacerme caso?! -comenzó a llorar.

Megan se acercó a los dos chicos y tomó de la camisa al chico que había cubierto la boca de su amigo. Lo levantó con fuerza.

-¡¿Por qué mierda no permitiste que tu amigo le advirtiera?!

-Imposible...

-¡¿Imposible qué?!

-No podía decir nada, el anfitrión nos lo advirtió -le entregó un pequeño reproductor.

Megan lo soltó y tomó el reproductor. El chico cayó al suelo y soltó un pequeño quejido.

-Heinrey y Carlos, ustedes son los últimos de su equipo. Con la muerte de su compañera no aprovecharon para salir, entonces uno debe morir para que el otro se vaya o busquen otra forma, pero no podrán advertir a nadie a menos que quieran morir ambos.

-Vaya... Ahora comprendo porque no dijeron nada, perdón.

-No importa.

-Pero igual pudieron haber dicho algo.

-No queríamos morir, lo sentimos.

Megan se acercó a Nancy y colocó su mano en su hombro.

-Nancy...

-No... No me voy a ir.

-Tenemos que salir de aquí.

-¡Yo no quiero, no me importa si muero, moriré con mi hermana! Ya no me queda nada...

-Está tu madre.

-No tengo el corazón para decirle que Cindy está muerta...

-Te comprendo, literalmente acabo de pasar por algo así, por eso te puedo decir que debes de seguir... Hazlo por Cindy, ¿si?

La mansión sin retornoWhere stories live. Discover now