50: FINAL

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-En el microondas está tu almuerzo. Recuerda tomar las vitaminas que la doctora Hyejin te recetó. Si tienes antojo de dulce en el refrigerador están los chocolates, no los comas todos porque luego te duele la panza ¿mhm?- plantó un beso en su frente, acariciandole las mejillas una vez se separó-. Si pasa algo no dudes en llamarme, tengo mi celular conmigo. Y en caso de yo no contestar, llama a Jimin o Seokjin hyung.

El omega hizo un puchero, aferrándose a su camisa.

-¿Realmente tienes que ir?

-Sí, Seokjin me necesita.

-Dile que no puedes.

-Jungkook...

-Bueno, está bien. Vete- refunfuño, frunciendo el ceño mientras se alejaba del alfa para sentarse en el sofá de la sala y ver televisión.

No pasó mucho para sentir como unos brazos rodeaban su cintura y panza, sintiendo luego como pequeños besos eran dejados en su cuello y mejillas. Sin poder resistirse mucho, se pegó más al cuerpo de Taehyung, fundiendose en su calor y recibiendo todas las muestras de cariño gustoso.

-Regresaré temprano.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo, mi príncipe.

-Está bien.

-Te amo.

-Y yo a ti más, alfa tonto.

La presencia detrás suyo desapareció y poco después se escuchó la puerta de la casa siendo cerrada. Soltó un suspiro largo, haciendo un puchero cuando la presión en su pecho se hizo presente.

Cuando cumplió los cinco meses de embarazo, extrañamente, ese sentir se intensificó. Cada que Taehyung salía o estaba lejos de él, la presión en su pecho aumentaba y su lobo permanecía triste todo el día hasta que su alfa regresaba.

Hace cuatro meses que ambos estaban viviendo juntos, en su propia casa, lejos de la residencia Jeon. Les había costado mucho dejar la cabaña, pues en cada rincón estaban los recuerdos del progreso de su relación; con respecto a Taehyung, todos sus documentos habían sido tramitados con eficacia, y era menester mencionar que las personas armaron un revuelo cuando se enteraron que había otro heredero del clan Kim fuera del matrimonio. Como consecuencia, al alfa por obligación le tocaba ayudar en cosas correspondientes al clan, por esa razón debía ir con Seokjin casi todos los días.

Jungkook tenía la fiel creencia de que su hyung se aprovechaba de Taehyung para no tener tanto trabajo para él solo.

Las cosas con sus padres estaban iguales, nada había cambiado, aunque Jimin decía que Jungkook debía hablar con ellos cuando Gaeul naciera, ya que al tener a su cachorra consigo de esa forma sus instintos de querer protegerla se intensificaban mil veces más.

Cambió los canales con aburrimos y un ligero puchero se formó en sus labios cuando la presión en su pecho se hizo presente con más fuerza.

-Será mejor que tome baño- habló para sí mismo, apoyándose del sofá para poder ponerse de pie, pues la panza de nueve meses no lo dejaba moverse correctamente-. Mierda, ahora sí parezco un balón de basket.

Una vez logró ponerse de pie colocando toda su fuerza en ello, caminó hasta el baño a paso lento, sosteniendo su espalda baja y panza al mismo tiempo. Se miró en el espejo y ahogó un grito al verse.

-Por la luna, mi cara...- dijo, tocandose la misma al verla tan redonda. Presionó sus mejillas y lloriqueo berrinchudo-. ¿Taehyung me ve así todos los días? Debe ser horri...

Y las palabras quedaron atascadas en su garganta cuando sintió como un líquido caliente bajaba por sus piernas, mojando el piso y sus shorts de pijama. Soltó un bufido, con las ganas de llorar invadiendo todo su cuerpo.

UNTOUCHABLE | ᴋᴛʜ-ᴊᴊᴋWhere stories live. Discover now