Boda

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Por fin había llegado el día, después de meses de estrés y ansiedad por fin iba a suceder y Aizawa apenas reconocía al hombre reflejado en aquel espejo, suspiró tratando de librarse de los nervios que acompañan a los momentos importantes de la vida de todo hombre, pero aun así no fue suficiente. Se dirigió a la ventana y moviendo sutilmente la cortina pudo ver como todo el mundo ya estaba agolpado en los jardines de la escuela. La carpa estaba montada, el servicio de cáterin listo para atender a los invitados que ya habían llegado y disfrutaban del coctel previo a la ceremonia.

Desde la altura pudo ver a algunos de sus compañeros tambien a algunos de sus antiguos alumnos hoy ya convertidos en héroes y del mismo modo tambien hecho de menos a aquellos que habían muerto en acto de servicio. Sonrío con melancolía acordándose de aquellos que no le acompañarían, hacia años se había prometido a si mismo vivir por ellos y por él mismo, hacer del mundo un lugar mejor y lo estaba intentando de verdad, aunque tras la derrota de All for One podría decirse que el mundo era un lugar un poco mas brillante, no todas las luces se habían ido junto al gran villano, pero una gran mayoría sí.

Y eso era en parte lo que les había inspirado a tomar por fin aquella decisión. Aizawa salió de su habitación paso decidido y se encamino hasta el principio del largo paseo que los conduciría a él y a Hizashi al altar. Allí mismo fue donde le encontró vestido con un traje negro y camisa amarilla, sonrió, definitivamente el hombre de sus sueños era una fuerza de la naturaleza en muchos sentidos especialmente cuando algo le gustaba.

No pudo evitar sentir ternura al verle algo nervioso, quien iba a decir que el extrovertido Hizashi Yamada iba a dejar que los nervios le ganasen precisamente en un día tan especial. Cuando llegó a su lado puso una mano en su hombro para darle ánimos y aunque al principio el héroe de la voz se sorprendió, rápidamente su gesto cambio a uno algo más relajado.

- Todo irá bien – pronunció Aizawa casi en un susurro como si el mismo temiera con su optimismo gafar el día, pero después de lo que el mundo había vivido, de haber estado en al limite de la destrucción como no iban a tener que aquella felicidad se les escapara de entre las manos.

- Lo sé, pero no puedo dejar de pensar que algo va a salir estrepitosamente mal.

- Y seguramente así sea – comentó mientras se encogía de hombros – pero en la vida siempre va a haber algo que salga mal y pase lo que pase no va a estropearnos el día, haremos lo que mejor se nos da: adaptarnos y solucionarlo.

Hizashi lo miró con encima de las gafas, en parte sorprendido por la firmeza de las palabras de Aizawa pero tambien agradecido de poder recibir un poco de su confianza, aunque no solía hablar demasiado ni decir más de lo necesario cuando lo hacia tendía a usar de manera muy eficiente sus palabras ya fuera para motivar a algún amigo o amenazar a un enemigo.

Sintiéndose algo más aliviado, Hizashi, cogió de la mano a su pareja pues el momento ya se estaba acercando y poco después ambos escucharon la música que iniciaba su boda.

La ceremonia había transcurrido sin incidentes y ahora disfrutaban de la fiesta, los recién casados apenas habían tenido tiempo para descansar, abrumados por los amigos y compañeros que estaban deseosos de transmitirles sus bendiciones. Y es que en cuanto tuvieron un momento libre fueron rodeados por sus antiguos alumnos, los cuales ya no eran aquellos adolescentes que habían entrado en la UA dispuestos a convertirse en héroes, sino que ya lo eran, en pleno derecho y dedicaban sus días a velar por la seguridad de civiles y compañeros.

Aizawa sonrió al verlos, aun recordaba con claridad aquel primer día de clases cuando conoció a los que se convertirían en la clase que más quebraderos de cabeza le había dado en todos sus años de enseñanza, tambien los que tendrían que hacer frente a retos que abrumaron incluso a héroes veteranos pero sus pequeños polluelos habían cumplido con crecer yendo más allá de lo que cualquiera hubiera esperado de unos adolescentes.

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