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Advertencia: universo alternativo.

Estaba en el mayor lío de su vida y no podía dejar de maldecir su suerte. Hizashi Yamada había comenzado a trabajar en la editorial EraserHead hacia tan solo un par de meses como secretario del director de la editorial: Aizawa Shota, un imponente hombre de cabellos morenos, con cara de pocos amigos y una gran fama pues era por todo sabido que sus trabajadores más ayegados no aguantaban mucho tiempo en el puesto, ya fuera porque renunciaban o por qué se iban cansados de la molesta actitud del moreno.

Hizashi Yamada por su parte dio gracias cuando logro acceder al puesto, era un hombre rubio bien parecido tremendamente alegre y amigable lo cual le servía de mucho en un trabajo donde la educación y el contacto amable eran esenciales. Complementándose perfectamente con la actitud pasiva y arisca de su jefe.

Las primeras semanas fueron bastante horribles pero con el paso de los días logro que su jefe le tolerarse, procuraba hablar poco y llevarle menos la contraria además de mantenerse alejado lo máximo posible de el. Para muchos el hecho de que Hizashi hubiera logrado mantener el puesto tanto tiempo era un logro a reconocer, por su parte el rubio necesitaba ese trabajo por lo que había aprendido a convivir con el jefe más rápido que otros pero ahora puede que llegase su fin.

Estaban de camino a una reunión cuando la tragedia sucedio puesto que la luz del edificio había dejado de funcionar dejando al moreno y a su secretario atrapados en el ascensor. Hizashi automáticamente se puso nervioso, odiaba los espacios pequeños y encima estaba atrapado con su "adorable" jefe... Quería morirse.

Llevaban ya más de una hora ahí metidos y nadie parecía hacer nada por solucionar el problema, habían conseguido contactar con Sekijiro, chófer de Aizawa que había llamado a las autoridades pertinentes pero al parecer ser que las cosas de palacio van despacio y para el rubio cada minuto parecía un dia.

- Y diles a esa panda de incompetentes que como no solucionen esto ya estarán en un grave problema - grito el moreno justo antes de que se cortase la señal - ¡SEKIJIRO! Mierda... - masculló entre dientes al darse cuenta de que su móvil ya no tenía cobertura.

Hizashi rápidamente miro el suyo ante la atenta mirada de su jefe. Tampoco tenía nada de cobertura, el rubio se maldijo a si mismo por su mala suerte.

- Lo siento, señor Aizawa, yo tampoco tengo cobertura - dijo enseñándole el celular aunque Aizawa no le prestó apenas atención.

- Al menos cancelaste la reunión ¿verdad? - le miro con sus penetrantes ojos negros. El rubio trago grueso

- E-envié un mensaje cuando nos quedamos encerrados - el moreno parecía respirar tranquilo, hasta que Hizashi hablo de nuevo - p-pero no se si lo han recibido - termino esa frase con un susurró apenas inaudible pero el oído de su jefe era muy fino.

Aizawa tomo aire y lo soltó muy despacio, dejándose caer lentamente sobre el suelo del ascensor, apoyando su cabeza sobre la pared del mismo. El rubio lo imitó, sentándose en frente, la espera iba para largo.

Al cabo de un rato, Aizawa se dio cuenta de que algo no estaba bien con el rubio, aunque con él no hablaba demasiado sabía que era bastante alegre, vivaracho y justamente el tipo de persona que definiría como molesto pero en aquel momento le notaba mustio, apagado y preocupado.

- ¿Estas bien?

El rubio asintió levemente volviendo a concentrarse en sus cosas. Fue entonces cuando Aizawa se fijó, llevaba la corbata desecha, se había quitado la americana y arremangado la camisa, su pelo estaba recogido en una coleta y su mirada expresaba un tono de ansiedad. Como si quisiera salir de allí.

- ¿Tienes claustrofobia? - le pregunto el moreno, su voz sonó completamente diferente al tono autoritario y seguro al que Hizashi estaba acostumbrado. El rubio le miro y lentamente asintió.

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