Erasermic

Especial Halloween (2/3)

ETERNAMENTE JUNTOS – PARTE 2

De pronto, al darse cuenta de que se encontraba solo en la habitación una inmensa angustia se hizo presente en Aizawa, quien dejó el libro sobre la mesa junto llamó al rubio, pero no hubo respuesta de modo que primero miró en el baño donde no había nadie “estará en la planta baja o en otra habitación” pensó el de ojos oscuros dispuesto a ir a buscarlo, sin embargo, al tratar de abrir la puerta esta no se abría.

Se asustó, sintiendo miedo como nunca antes lo había sentido, no sabía donde estaba su amigo y encima estaba encerrado sin saber como ya que ellos no habían cerrado la puerta y el no había escuchado la puerta al cerrarse, su parte lógica le decía que su amigo tendría que estar cerca, sin embargo, eso no lo consolaba después de todo el de ojos verdes no se había separado de él en todo el rato que había estado en la casa, intentó llamarlo al móvil, pero no daba ningún tipo de señal y maldiciendo por lo bajo comenzó a preocuparse de verdad.

Trató de llamar a alguno de sus amigos, pero no hubo manera, por lo que comenzó a dar vueltas arriba y abajo dentro de la sala como un animal enjaulado. Cuando se sentó en la cama, sujetando su cabeza entre sus manos tratando de tranquilizarse, sintió como una suave brisa fría atravesaba la sala. Rápidamente se incorporó tratando de adivinar de donde venia ese aire y fue en ese momento cuando lo vio, de pie, al lado de la mesa mirando el mismo libro que le había sostenido en sus manos estaba la figura que tanto se aprecia a Aizawa.

- Has tardado en darte cuenta – soltó sin más, dejando completamente desarmado a Aizawa con la mandíbula abierta y los ojos también – Venga no me mires así, no es la primera vez que me ves – dijo haciendo referencia a su retrato.

- Eres un fantasma – logró pronunciar el moreno menor.

- Supongo, fantasma, espíritu, aparición… son solo nombres.

- ¡QUE HAS HECHO CON HIZASHI! – gritó de pronto el moreno completamente enfurecido, no solo por la desaparición de su amigo, sino por la irracionalidad de toda aquella situación.

- Yo nada, el espíritu de mi padre… Quien sabe

- ¿Cómo que el espíritu de tu padre? ¿Hay más como tú? – preguntó estupefacto.

- Si, en realidad es una historia muy larga – dijo mientras le invitaba a sentarse – todo comenzó poco después de mudarnos a esta dichosa casa, yo aun era un niño cuando conocí al hijo de uno de los trabajadores de mi padre, andaba jugando en el patio trasero cerca de las dependencias de los trabajadores y fue cuando le vi. No se aún muy bien como pero rápidamente nos hicimos amigos, para nosotros no existían las clases sociales o situación económica. Nos hicimos amigos sin más. De ese modo del tiempo fue pasando y sin darnos cuenta, nuestra amistad se convirtió en algo más, nos debíamos de esconder de las miradas indiscretas y especialmente de la de mi padre, después de todo yo era el mayor y debía de dar ejemplo… sin embargo nada salió como debía.

Fue en ese momento cuando Aizawa se dio cuenta de como su interlocutor tomaba aire y sujetando el diario, como solo un fantasma puede hacerlo, se dispuso a continuar con su narración.

- Mi padre se termino enterando, una noche me vio salir de casa y días más tarde se presento en nuestro escondite. Se pudo hecho una furia, no solo su hijo mayor se había enamorado de un hombre, sino que además su clase social era evidentemente inferior desde su punto de vista había deshonrado a la familia. Trate de razonar con él, pero estaba enfurecido como nunca lo había visto, me golpeo y caí desmayado. Cuando desperté ninguno de los dos estaba ya. Los busqué a ambos por toda la hacienda, cuando le encontré estaba saliendo de los dormitorios de los trabajadores completamente alterado. Me miro, nunca olvidare ese rostro de decepción y odio. Le hablé, pero no contestó ignorándome insistí y terminamos enzarzándonos en un forcejeo, lo último que recuerdo es que perdí el equilibrio golpeándome la cabeza contra el borde que delimitaba el camino cuando y cuando desperté ya era esto que ves ahora.