家賃 ┊❛❛A Chifuyu nunca le ha gustado romper sus promesas, pero cuando hace una que sabe no puede cumplir, hace hasta lo imposible por no dañar la ilusion de su hija de 7 años.
Es por eso que contrata a Baji Keisuke durante 24 horas, para que vaya a...
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Chifuyu se despertó aquella mañana igual que todos los días, con la minúscula diferencia de que hoy no era igual a todos los días. Se sentía pesado. No, su estómago se sentía pesado. Pesado por la culpa burbujeante que sin más se cocinaba en su interior.
¡Iba a mentirle! Por Dios, iba a mentirle a su hija; al único ser con el que prometió ser siempre transparente.
A estas alturas, Chifuyu no sabía si la culpa por decepcionarla sería menos pesada que la culpa por mentirle en un intento de hacer su sueño realidad.
— ¡Papi! —Escucha a Jade llamarlo y por instinto cierra los ojos con fuerza, casi al borde del colapso psicológico más grande de su vida.
Esperaba que su pequeña cayera profundo y llegarán los suficientemente tarde como para perderse del tan temido recital.
Pero Jade tenía otros planes.
— Papi despierta —Llama de nuevo mientras amasa suavemente la cara de Chifuyu— ¿Estás muerto?
— Quisieras —Susurra con la voz ronca y pica suavemente la pancita de Jade sacándole una que otra risa ahogada— ¿No está un poco temprano para que estés despierta?
— ¡Hoy es un día importante, papi!
— ¿Es así? —Se hace el desentendido y por un segundo realmente suplica que la maestra se rompa una uña y cancelen en recital abruptamente.
Sería una pena... Que Chifuyu definitivamente no lamentaría.
— Sí —Asiente y si las emociones fuesen humanas, Chifuyu está seguro de que la felicidad se vería exactamente igual a Jade en ese momento— Hoy no solo renacerá el teatro, sino que papá vendrá a verme.
— Si sigues hablando así de papá, me pondré muy celoso —Bromea mientras busca una muda de ropa decente para Jade.
— No tienes por qué papi, tú siempre serás el número uno.
— A ver coqueta, ¿Quieres el vestido azul o el verde de flores?
— ¡Azul para que combine con mis ojos!
— Azul será —Asiente cuál soldado captando una orden— ¿Quieres alistar la tina en lo que yo preparo el desayuno?
— Pero no lo quemes esta vez papi
— Me ofendes —Responde en un tono que hizo a Jade sonreír.
Tan pronto Jade abandona la habitación, Chifuyu suelta un suspiro inconsciente y por reflejo mira la hora en el reloj de Hello Kitty que cuelga en la pared.
Apenas marcaban las 6:13 de la mañana, pero para Chifuyu era el momento preciso para pegarse un tiro.
Eligió entonces no pensar más en ello y resignándose a su inminente destino, se dirigió a la cocina dispuesto a realizar el desayuno. Sabía lo mucho que a Jade le gustaban sus tortitas, por lo que queriendo complacerla en su día especial decidió realizar unas cuantas para desayunar.