家賃 ┊❛❛A Chifuyu nunca le ha gustado romper sus promesas, pero cuando hace una que sabe no puede cumplir, hace hasta lo imposible por no dañar la ilusion de su hija de 7 años.
Es por eso que contrata a Baji Keisuke durante 24 horas, para que vaya a...
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Keisuke podía asegurar sin miedo a equivocarse que su trabajo siempre fue de darle experiencias curiosas. Sin embargo, lo que había sentido en aquel momento, por primera vez se le hacía indescriptible. Gracias a la versatilidad que ofrecía su trabajo día a día, había visto hasta los escenarios más inimaginables e imposibles. Había estado en posiciones curiosas e incluso hasta incómodas, pero jamás le había tocado fingir la posición de padre.
De hecho, en sus 25 años de vida puede decir con seguridad que rara vez había tratado con infantes. Y no, no es por qué tuviese alguna fobia hacia ellos —de hecho se volvía jodidamente sensible siempre que veía uno—, era solo que hasta el momento no se había presentado la oportunidad.
Pero ahora se sentía extraño.
Y realmente no sabe como clasificar el sentimiento, por qué definitivamente no se sentía incómodo, pero esa calidez que le brindaba el ambiente lo aterraba un poco.
Pero quizás no tanto como a Chifuyu.
— ¿Se siente bien? —Susurra Keisuke disimuladamente mientras se adentran en el auditorio ya atestado de padres que buscaban con desesperación asientos en los primeros puestos para no perderse ni un solo detalle de la presentación de sus hijos.
— ¿No es patético? —Suspira con la cabeza gacha. Por un segundo, realmente esperando que las miradas curiosas se desvanezcan por arte de magia— Tener que recurrir a esto solo por qué yo soy incapaz de simplemente aceptarle a Jade que su padre es un imbécil que ni siquiera sabe que existe.
— No es patético si solo es un padre tratando de hacer feliz a su hija —Dice Keisuke con sinceridad, pero eso no parece ser suficiente para Chifuyu— Si espera que lo juzgue, no soy quién para hacerlo. Pero si quiere un consejo sincero, entonces yo diría que solo haga lo que usted crea, que es mejor.
— ¡Señor Matsuno! —Escucha una voz llamarlo tras sus espaldas.
Chifuyu casi que quiso morirse cuando logro identificar el suave tono.
Yuzuha Shiba.
— Finalmente, lo alcanzo —Sonrió mientras se apoyaba en sus rodillas para recuperar algo de aire— Mitsuya-San pide una disculpa por no poder venir a recibirle, comprenderá que falta muy poco para que empiece la presentación y está con lo últimos detalles.
— ¡Oh no! No pasa nada, tampoco soy la reina Isabel ni nada por el estilo —Chifuyu negó realmente apenado, pero cuando noto la mirada acusadora de Yuzuha sobre Keisuke, casi creyó necesitar un paramédico.
Y lo iba a necesitar, pero aún podía esperar a que ese día del infierno acabara.
Vamos eres un adulto Chifuyu, esta es una misión de adultos, se recordó.
— ¡Lamento mi grosería! No había notado de su presencia, ¿Usted es...?
— Baji Keisuke —Se adelantó y le extendió cortésmente la mano a la chica que permanecía de pie frente a él— Soy el padre de Jade.
