家賃 ┊❛❛A Chifuyu nunca le ha gustado romper sus promesas, pero cuando hace una que sabe no puede cumplir, hace hasta lo imposible por no dañar la ilusion de su hija de 7 años.
Es por eso que contrata a Baji Keisuke durante 24 horas, para que vaya a...
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Pronto seria la medianoche. El invierno no daba tregua, y con el, las tormentas que no dejaban circular con normalidad la ciudad. Agradecia de todo corazon que su hija fuese una pequeña muy activa durante el dia, asi para el anochecer caia como piedra y le dejaba culminar su trabajo sin contratiempos.
Hoy por ejemplo era uno de esos dias.
Con la temporada la cantidad de trabajo era desbordante y aunque agradecia que el negocio familiar fuera realmente prospero, a veces era muy agotador. Sin embargo, no podia quejarse, despues de todo, gracias a el podia pagar el departamento donde vivia con su hija, que si bien no era la gran cosa, era lo suficientemente grande para el y Jade, ademas de que le habia dedicado mucho tiempo y amor para que fuera un verdadero hogar; lindo y acogedor.
Algunas bolitas de hielo, producto del granizo golpeaban el ventanal de la cocina que daba a un pequeño balcon, y Chifuyu sonrie cansado, deseando tomar un rico chocolate caliente y acurrucarse con algunas mantas calientitas en su cama.
Es entonces cuando un suave toque en su puerta llama su atencion. Confundido por quien podria hacer a esa hora y en medio de esa tormenta, deja a un lado el tazon lleno de azucar y se acerca a la puerta, esperando que fuera Takemichi brindandole ayuda.
Para su sorpresa no era Takemichi, pero si es sincero la verdadera persona tras la puerta le gusta mas.
— Keisuke, ¿Que haces aqui? —Pregunta Chifuyu confundido, pero a la vez sorprendido por hallar a Baji frente a su puerta en medio de una tormenta de nieve y a mitad de la noche.
— Tuve un impulso repentino de venir. —Admite sacudiendo un poco su cabello y manteniendo una hermosa y coqueta sonrisa. Chifuyu parpadea par de veces confundido cuando siente el pulgar de Keisuke limpiar delicadamente su mejilla.— Siempre estas hecho un desastre. —Rie. Es hermosa. El era hermoso. Joder estaba tan perdido y peligrosamente enamorado de ese hombre. ¡El zoologico en su estomago hacia una fiesta con sus organos!— ¿Interrumpo? Puedo irme si quieres.
¿Irse? No, no, no, definitivamente su corazon ya se habia emocionado y ahora necesitaba sentirlo cerca. Asi sea para acompañarlo.
— ¿Alguna vez haz decorado cupcakes? —Pregunta Chifuyu sonriente. Una enorme y deslumbrante sonrisa de la felicidad mas pura que Keisuke nunca vio antes.
— No lo creo. La ultima vez que intente hacer un postre encendi la alarma contra incendios de mi edificio.
Una mueca se deforma en su rostro ante el recuerdo. Ese dia tenia ganas de unos brownies, pero solo consiguio ser betado del mundo de los postres en su propia cocina y la burla de Kazutora durante una semana completa. Aun no se deshace del post de el fantasma de sus pobres brownies tiesos y completamente negros, no precisamente por ser de chocolate.
Desde aquel dia no abre Facebook, pero no le da importancia.
— Pero... —Continua.— Podria intentar. Estoy seguro de que en tu guardia es imposible que los queme.
