ʚ♡ꜝֶָ֢ ԃιҽƈιɳυҽʋҽ

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— Mierda, ¿Por qué justo ahora? —Keisuke maldice entre dientes y golpea un par de veces su teléfono, antes de tirarlo en el asiento trasero de su auto aceptando que no volverá a encender en lo que resta de la tarde

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— Mierda, ¿Por qué justo ahora? —Keisuke maldice entre dientes y golpea un par de veces su teléfono, antes de tirarlo en el asiento trasero de su auto aceptando que no volverá a encender en lo que resta de la tarde.

Aquella conversación inesperada con Ryusei lo tenía pensativo.

Las palabras de Emma resonaban en su cabeza y aunque si bien habia planeado empezar a poner sus límites nuevamente con Chifuyu —con el fin de no seguir enredando mutuamente sus sentimientos— este tema le daba un nuevo rumbo inesperado a su situacion.

Simplemente no se sentía capaz de dejarlo a su merced y mucho menos sabiendo que Ryusei estaba siguiéndole el paso.

Suspira y para cuando vuelve en si, está frente a la primaria de Jade. Inconscientemente había terminado conduciendo hasta ahí y aunque su mente —razonable para su sorpresa— le suplicaba que solo siguiera su camino, su corazón terco le pedia tan solo un saludo.

A lo mejor estaba loco. Loco por sentir amor paternal por una niña que no lleva ni una gota de su sangre. Pero se había encariñado. Se había enamorado de unos alborotados rizos y unos ojos cristalinos que le miraban con el más sincero de los amores.

Aparca el auto a una cuadra de la entrada a la primaria y camina hasta ahí con el corazón haciéndole gárgaras en la garganta. Ya casi era la hora de salida, por lo que podría saludarla antes de que Chifuyu llegara por ella.

Sería entrada por salida. Solo la abrazaría y se iría antes de que Chifuyu llegara. No tenia por qué verlo y agobiar más su corazón. No tenía por qué saber que estuvo ahí.

Era un plan que definitivamente no estaba discutible, aunque su estómago se removiera en reproche.

Para cuándo llega al gran portón, puede ver a lo lejos algunos padres acumularse en la puerta, esperando a que sus hijos salieran disparados a su encuentro.

Acelera entonces el paso queriendo reunirse también a la bola de adultos cuando un hombre alto con capucha llama su atención.

Está de espaldas a él, pero por alguna razón tiene el extraño presentimiento de que ya le conocía.

Se acerca sigiloso, interesado por la identidad del hombre misterioso, cuando la puerta se abre y los niños gritan emocionados saltando hacia sus padres.

Pronto la bola de padres se desvanece y solo queda el hombre misterioso y Keisuke.

— Disculpe, ¿Está Jade? —Sus sentidos se ponen alerta cuando escucha el nombre de la niña a la que el hombre estaba buscando.

¿Acaso Chifuyu otra vez estaba demasiado ocupado para venir por Jade y había mandado a alguien más? Si era así, debía admitir que se sentía un poco decepcionado, sin embargo, le surgía otra duda: ¿Por qué no Mikey?

— ¿Quien la busca? —Habla entonces una segunda voz, estaba vez la de una mujer. Se le hace conocida y para cuando se estira un poco, puede notar que es la misma chica que se les acercó aquel día del festival.

Padre de Alquiler | BajiFuyuWhere stories live. Discover now