ʚ♡ꜝֶָ֢ ԃιҽƈισƈԋσ

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El claxon suena escandalosamente cuando Chifuyu se detiene en un nuevo semáforo y deja caer bruscamente la cabeza contra el volante

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El claxon suena escandalosamente cuando Chifuyu se detiene en un nuevo semáforo y deja caer bruscamente la cabeza contra el volante.

Se sentía ridículo.

Siete días. Exactamente hoy se cumplirían siete días desde aquel incidente —no tan accidental—en halloween y Chifuyu no había vuelto a saber más de Keisuke. Se sentía confundido, pero sobre todo, como si acabará de pedir matrimonio y hubiese sido rechazado públicamente.

Su estómago se apretaba y su corazón palpitaba desbocado igual que una colegiala que acababa de sufrir el fracaso de un primer amor, de tan solo pensar en lo complicada e incomoda que se volvía su relación con Keisuke con el tiempo.

¿Realmente tenían una relación? Después de todo su encuentro comenzó por qué el había contratado a Keisuke para que fingiera ser el padre de su hija.

No había motivo alguno por el cual debiera de existir una relación entre ellos aparte de la relación cliente-servicio que se establecía en un contrato inicialmente analizado y posteriormente firmado.

Contrato que de hecho cabía aclarar estipulaba entre sus reglas, no involucrarse sentimentalmente con su contraparte.

A lo mejor Chifuyu había faltado a su parte del contrato, por qué en definitiva ya no podía seguir negando que se estaba enamorando perdidamente de Keisuke.

¿Pero podía opinar lo mismo de Keisuke?

¡El tipo de la nada confesaba que moría por besarlo y días después desaparecía sin dejar rastro!

¿A lo mejor había malinterpretado su huida? ¿Debía de llamarlo?

— ¡Muevete imbécil! —El grito aturde sus pensamientos y para cuando levanta la cabeza, ve que el semáforo ya ha cambiado.

Maldice entre dientes y ha comparación del hombre en el carro tras el suyo, elije tragarse unos cuantos insultos y sigue su camino. Ya se hacía tarde —como siempre— para recoger a Jade.

Para cuándo aparca frente a la primaria, un extraño palpitar recorre su cuerpo. Asume que es por el remolino de emociones que ahora último su cuerpo se atrevió a experimentar y baja del auto para acercarse casi corriendo a la entrada del lugar.

El área de juegos estaba casi desolada. Ya la mayoría de niños habían sido recogidos y solo habían algunos cuantos que bajo la supervisión de un maestro esperaban a sus padres mientras jugaban en los resbaladores.

— ¡Tío! —Escucha un tierno chillido a lo lejos y luego unos pasitos apresurados que se acercan a su dirección.— ¡Tío, tío!

— Mana te he dicho que no corras así, puedes resbalarte. —Regaña Chifuyu cuando ve a la peli-lila en cuestión de segundos a su lado. Mana alza sus cortos bracitos en su dirección y Chifuyu extiende una bonita sonrisa, mientras la alza en brazos.

— Es que te extrañe mucho tío.

— También te extrañaba. —Admite dulcemente y besa su frente.— ¿Y Luna? —Pregunta curioso cuando no ve a la otra pequeña que siempre está junto a su hermana.

— ¡Está enferma!

— ¿Enserio? —Hace un puchero y camina con Mana aún en brazos hacia la entrada de la primaria.— Pues dile que cuando se mejore vengan a casa, les hago tarta de frutos rojos.

— Tus tartas son las mejores tío.

— Que no te escuché Mikey. —Le susurra juguetonamente y la vuelve a dejar en el piso para mirar en el interior del edificio. Los pequeños y alborotados rizos de su hija no se ven por ningún lado.— Mana, ¿Sabes dónde está Jade?

— Me pareció haberla visto hace un rato. ¿Quieres que busque a mi hermano?

— ¿Que me busques para que? —Una tercera voz interrumpe en la conversación. Chifuyu levanta la mirada y le sonríe amablemente a Mitsuya que ahora está tras su hermana.— Ah Chifuyu, ¿Estás buscando a Jade?

— Si. Lo lamento, Mikey me ha dado un pedido de último momento y me he retrasado.

— No pasa nada. Jade es muy buena con la limpieza, siempre ayuda antes de irse. —Sonrie amablemente y se hace un lado para dejar ingresar a Chifuyu.— Ya la busco.

Mitsuya desaparece en el interior y posteriormente lo hace Mana que sigue animadamente a su hermano mayor. Chifuyu suspira y aquel extraño palpitar de hace un rato se intensifica. Decide ignorarlo y sentarse en unas bancas que hay en la entrada esperando que Mitsuya está vez vuelva con su hija.

Pero cuando regresa, viene solo.

— No lo entiendo. ¿Avisaste en la mañana que alguien más vendría por Jade?

— ¿Que? No, no. Los únicos que vienen por Jade cuando se los pido son Mikey y Draken, pero hoy hay demasiado pedido en la cafetería, no podría pedirselo. —Chifuyu siente su corazón acelerarse.

La mueca en el rostro del mayor no le tranquiliza y el palpitar de hace un rato por fin puede ponerle un nombre adecuado:

Miedo. Un miedo incontrolable.

— Lo siento Chifuyu. La maestra sustituta no conoce a los padres y más temprano ha venido un hombre diciendo que es el padre de Jade.

— Q-que-...

Mitsuya rasca su nuca incómodo y Chifuyu siente que está a punto de desmayarse cuando Mitsuya afirma lo que tanto temía:— Jade no está aquí Chifuyu, alguien ya se la llevó.

¿Cómo era posible?

Este —se aclara la garganta—

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Este —se aclara la garganta—... ¿Si está prendido esto? ¡Hola, hola mis amores! Capitulo cortito esta vez, pero mejor corto a nada, ¿Verdad?

¿Cómo están? ¿Enojaditos? Espero que si, esa es mi tarea. No es cierto. Calma, paciencia que hasta los asesinos se toman su tiempo para descuartizar bien a sus víctimas.

No hay preguntita hoy tampoco, soy mala con estas cosas de preguntar. No me gusta iniciar conversaciones, en cambio mejor disfruten de este capítulo y nos vemos pronto.

¡Besos, mil besitos!

Padre de Alquiler | BajiFuyuOnde histórias criam vida. Descubra agora