家賃 ┊❛❛A Chifuyu nunca le ha gustado romper sus promesas, pero cuando hace una que sabe no puede cumplir, hace hasta lo imposible por no dañar la ilusion de su hija de 7 años.
Es por eso que contrata a Baji Keisuke durante 24 horas, para que vaya a...
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Keisuke abre los ojos sorprendido e inconsientemente aprieta el agarre en la cintura de Chifuyu sacandole un corto jadeo involuntario. No entiende en que momento llegaron a esa situacion, mucho menos si eso estaba realmente bien, sin embargo, su olor a vainilla le embriaga mientras sus suaves labios le invitan a una danza inocente.
No se resiste. Ladea minimamente la cabeza y toma cartas en su propio juego, moviendo los labios en un compas suave. Chifuyu jadea, un calor extraño recorre su cuerpo, pero un trueno irrumpe el momento antes de que su juicio termine por irse al carajo.
Abre lentamente los ojos y el alma casi se le va cuando su mirada cae justo sobre los orbes grises y burlones de Keisuke.
Lo beso.
¡¿Lo beso?!
Oh por Dios. Oh por Dios. OH POR DIOS.
— ¿Que tal tu dia bonito? —Pregunta Keisuke con naturalidad mientras aparta algunos mechones de su cara.
La verguenza que no cabia en su pecho, la gritaba su cara roja de la verguenza. ¿Como fue a tomarse tal atrevimiento? Se sentia tan apenado. ¡Hace años que no besaba a nadie! Seguramente habia sido la peor experiencia de Keisuke. Definitivamente cuando sus nervios dejaran de tomar el control sobre su cuerpo —y decisiones— se excusaria de rodillas de ser necesario.
— Yo- Mmm —Carraspea y mira hacia la cafeteria buscando ayuda. Un Takemichi sonriente y con sus pulgares arriba es lo mas humilde que recibe— U-un poco frio, ¿Ibas algun lado?
— ¿Te inspiras bajo la lluvia? He de aceptar que es una toma muy romantica, pero muero del frio —Keisuke sonrie amplio y empuja el cuerpo de Chifuyu —contra su voluntad— de nuevo hacia la cafeteria.
Ryusei ahora esta sentado en la barra de espaldas, cuando el rubio entra de nuevo en el establecimiento con Keisuke de tras.
— ¿Tienes listas tus cosas? —Pregunta Baji y le da un suave apretón en la cintura. Pero Chifuyu no logra identificar el mensaje tras la acción.
— S-supongo —Titubea y mira disimuladamente a Ryusei mientras le extiende su mochila a Baji.
El pelirosa no lo mira de regreso, solo da un sorbo de su café ya frío, quizás ignorando a preferencia la escena que pasa a escasos centímetros suyos.
Chifuyu abre la boca dispuesto a decir algo, pero en su lugar solo suelta un jadeo y toma con fuerza la mano que Keisuke le extiende.
Matsuno reguló un poco su respiración cuando finalmente estuvieron fuera de la cafetería, nuevamente en medio de la tempestad, pero esta vez dirigiéndose al deportivo de Baji. Ninguno se atrevió a sacar el tema.
— Supongo que te llevo a casa —Dijo Keisuke después de un rato.
— O puedes dejarme en la parada de bus que hay más adelante —Comenta y rasca su mano con fuerza sintiéndose ansioso.
