Padre de Alquiler | BajiFuyu

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— Admito que no es de mi agrado ser entrometida, pero llevas media hora mirando fijamente a la nada y me asustas. —Keisuke parpadea confundido cuando la suave voz de Emma es capaz de penetrar sus pensamientos.

Tres días. Exactamente tres días habían transcurrido desde halloween. Tres días desde que sus descontrolados deseos tomaron control de su cuerpo y se había lanzado hacia Chifuyu en busca de ese beso que durante mucho tiempo se negó.

Se engaño a si mismo. Engaño a ese extraño palpitar que enloquecía en su pecho cada que aquellos dulces e inocentes ojos azules le miraban y ahogo a las mariposas en su estómago, mientras secretamente se juraba que solo necesitaba un beso para aclarar su mente y ponerle fin a la extraña necesidad de querer estar cerca de Chifuyu.

Pero lo cierto. Lo verdaderamente cierto, es que solo consiguió confundir aún más sus sentimientos, hasta el punto de no conciliar el sueño.

Quería llamarlo. Escuchar un instante su nerviosa voz. Aparecer de la nada con la excusa de que había olvidado algo y abrir sus brazos para que una pequeña de alborotados rizos viniera a su encuentro.

Pero entonces recuerda esa cara sonrojada y como huyó al interior de su edificio sin decir palabra y se confunde el doble.

¿Acaso había llevado su relación extra laboral con Chifuyu a un punto incómodo?

— Keisuke te ves del asco.

— ¿Cómo sabes que te gusta alguien?

— ¿Eh? —Emma parpadea confundida. Se ríe momentáneamente pensando que es solo otra mala broma de Keisuke, pero de repente se le ve muy serio.— ¿Hablas enserio?

— Supongo. No lo sé, es complicado.

— ¿Te gusta alguien?

— Dije que no lo sé.

— Entonces estás diciéndome que no sabes si te gusta alguien. —Keisuke asiente.— Vaya. Pues no lo sé.

— Emma...

— El amor es complicado Baji. Solo tu puedes saber si alguien te gusta. —Dice vagamente y copia algo en su libreta, ajena de la mueca en el rostro de Keisuke.

— Eso no me ayuda.

— Mira. Podría decirte que es cuando alguien te parece guapo, pero puede tratarse solo de una atracción. —Keisuke suspira.

¿Y si Chifuyu le atraía? ¿Y si solo le parecía tierno y bonito? ¿Por qué tendría ganas de besar a alguien que solo le parece tierno y bonito?

— Podría decirte que es cuando extrañas a alguien, pero a veces extrañamos la compañía de personas que queremos y no precisamente por qué nos gusten. —Le extiende el café y Baji suspira abrumado.— Y a veces solo estás confundido.

A lo mejor estaba ahogándose en un estanque.

Baji nunca antes se habia enamorado. Nunca antes había anhelado tanto a alguien y si alguna vez paso no es un recuerdo que conserve a sus 26 años.