Chifuyu intuyó que seria una mujer bonita, pero jamas imagino que fuera asi de bonita.
A simple vista se veia joven. Una mujer mayor que podia hacerse pasar perfectamente por una adulta de treinta y cinco años, independiente y con toda una vida por delante. Pero lo cierto, fue que Keisuke se encargo de asegurarle que de hecho ya pasaba los cincuenta y aunque no se le notaban, eso era mas razonable que considerar que tenia treinta con un hijo de veintisiete años.
Lo primero que debía afirmar era que la mujer habia logrado plasmar su belleza exitosamente en su hijo.
Su cabello era tan o incluso más oscuro que la noche. Su tez era pálida, quizás un poco menos que la de Keisuke. Era alta, mucho más que él, pero no lo suficiente como para conseguir sobrepasar los hombros de su hijo. Conservaba una buena figura y una elegancia que se notaba incluso en su andar. Y Chifuyu finalmente pudo confirmar que esos peculiares caninos que tanto le enloquecían era una hermosa herencia de su madre y el color tan único de sus ojos eran la herencia de un padre hasta el sol de hoy; ausente.
— ¿Podemos ver el álbum de fotos? —Pregunta Jade sin ocultar su emoción, mientras sacude sus pies que cuelgan del sofá de cuero rojo, aún en perfecto estado a pesar de los años.
La mujer le sonríe encantada, ignorando el suave quejido que suelta su hijo cuando a terminado de cargar la última maleta hasta el cuarto que ocuparían Chifuyu y Jade.
— Claro. —Dice Ryoko con una sonrisa.
Se acerca entonces a una pequeña estantería que mantiene en la sala de estar y saca un enorme libro de color verde. La pasta ya cruje por el desgaste y las hojas que hace un par de años lucian pulcramente blancas, ahora están de un color amarillento debido al polvo y la exposición.
Regresa entonces al sillón con el trauma fotográfico de Keisuke en brazos y toma asiento en el viejo sillón, entre Jade y Chifuyu, para así evitar que ninguno de los tres se pierda algun detalle de las viejas fotos de un bonito e inocente bebé.
Y la primera foto son las nalgas palidas de Keisuke.
— Por Dios mamá. —Se queja Keisuke.
Tiene los brazos cruzados y permanece detrás de su madre listo para arrebatarle el viejo libro de las manos si su pilin decidía hacer acto de presencia durante el recorrido —ya de por sí vergonzoso— de su infancia.
— Un día quemaré esa foto.
— Toca una sola foto de este álbum Keisuke y prometo que le tomaré una foto a tus nalgas mientras duermes para reemplazarla. —Amenaza.— Piensa en lo vergonzoso que sería eso.
— No deja de ser vergonzoso aunque en la foto tenga siete meses o veintisiete años.
— Piensa en la señora Takahashi. No creo que quiera ver tus nalgas palidas a los veintisiete años.
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Padre de Alquiler | BajiFuyu
Fanfiction家賃 ┊❛❛A Chifuyu nunca le ha gustado romper sus promesas, pero cuando hace una que sabe no puede cumplir, hace hasta lo imposible por no dañar la ilusion de su hija de 7 años. Es por eso que contrata a Baji Keisuke durante 24 horas, para que vaya a...