ʚ♡ꜝֶָ֢ ʋҽιɳƚιʂιҽƚҽ

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El suave sonido del timbre interrumpe su sueño

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El suave sonido del timbre interrumpe su sueño. 

Emma gruñe molesta y se tapa con brusquedad la cara intentando ignorar el sonido que no la deja dormir. Espera que la persona se canse de tocar y finalmente se vaya, pero parece que esta empeñada en hacerla salir de las suaves colchas de su cama. 

Se restriega los ojos con fuerza tratando de despertar y finalmente se resigna a que quien quiera que sea no se ira hasta verla. La poca luz que entra por la ventana le molesta, pero intenta ignorarlo mientras se dirige a regañadientes hacia la entrada. Tropieza un par de veces en el camino, pero logra llegar hasta su objetivo sin muchos contratiempos.

Cuando finalmente llega a la puerta, no puede evitar gruñir con fastidio al descubrir quien es la persona tras la puerta que se atreve a interrumpir su descanso un poco excesivo.

— Si vienes a sermonearme ahorratelo Keisuke. Lo digo en serio. —Advierte Emma cuando abre la puerta y ve al pelinegro frente a ella. Trae una bolsa de papel en una de sus manos y se veia tan radiante como siempre.

Pero jurar que hasta un poco mas feliz.

— Te ves fatal. —Admite Keisuke con sinceridad cuando hace un escaneo rapido de la rubia frente a el. Aun estaba en pijama a pesar de rondar las tres de la tarde y tenia unas enormes ojeras que no combinaban con sus bonitos ojos almendrados.

— ¿A que se debe tu visita Keisuke?

— Koko me ha llamado y ha dicho que hoy no haz ido a trabajar. —Explica— Me parecio extraño asi que viene a comprobarlo, pero ahora veo que ni siquiera haz tenido intencion de salir de tu cama en todo el dia. —Su rostro se deforma en una mueca mientras trata de mirar hacia el interior de la casa. A deducir por la poca luz que iluminaba la casa, las cortinas no habian sido abiertas ni siquiera por error.— ¿Me dejas pasar? Te traje panqueques y tu helado favorito. —Dice orgullo y sacude suavemente la bolsita que sostiene en una de sus manos. 

Emma suspira cansada, pero finalmente se hace a un lado dandole permiso a Keisuke de irrumpir en su hogar.

La casa estaba tan desastroza como la misma Emma. Habian envoltorios e incluso restos de comida rapida regados por el piso. Las cortinas estaban completamente corridas impidiendo el paso de la luz natural y habia un olor como a inicio de comida podrida que le incomodaba.

— ¿Me diras que pasa? —Pregunta suavemente, mientras hace una mueca de disgusto ante el olor que se hacia mas fuerte conforme se acercaba a la cocina. 

— Estoy bien, no se a que te refieres. —Replica ella de mala gana y se siente en el sillon, masajeando su cabeza. 

Todo esto le daba dolor de cabeza o quizas su cuerpo no estaba acostumbrado a el sedentarismo a los que los ultimos tres dias lo habia sometido, pero ya no era capaz de seguir soportando la presion, al menos no sola. No sabia a quien llamar, las cartas la agobiaban de dia y noche, y ni siquiera en su hogar se sentia segura. Durante aquellos tres dias no se atrevio a revisar el buzon, sin embargo, estaba casi segura y podia jurar que no debia de hacerlo para saber que las cartas habian conseguido perseguiarla hasta ahi.

Padre de Alquiler | BajiFuyuWhere stories live. Discover now