Capitulo 2

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Dándose por vencido John abrió su boca para darle paso a la lengua del rubio, sintió el ligero sabor a fresa que aún seguía en él, dulce como sus besos. Concentrándose en su labio inferior el rubio chupaba con fuerza, recibiendo gustosamente la lengua del moreno, jadeaba, su respiración estaba entrecortada, pero quería más.

– Lame – gimió suavemente separándose después de unos minutos.

John lo miro fijamente por un instante, sus ojos brillaban de deseo, le dio un último beso en los labios para luego pasar a otra zona, planto un beso en su mejilla y desde allí abrió paso a un camino de húmedos besos que se dirigían al cuello del chico, concentrándose mas en ese punto que hacia gemir a Matthias, chupo fuerte logrando su cometido, este emitió un gemido tan placentero para sus oídos que lo hizo estremecerse, sin duda ese sonido era el numero uno en su lista de favoritos, en segundo lugar, estaba su risa.

– Ahh... ngh... – el moreno estaba empezando a deslizar sus manos por debajo de su playera para tener acceso a su piel desnuda, tan suave... cuando el menor hablo de pronto – a-abajo – si se trataba del sexo Matthias era algo mandón, pero John no se quejaba... en ese aspecto el obedecía con gusto.

No recuerda como es que todo esto empezó o mejor dicho como es que se desbocó, fue algo que se le escapo de las manos, estaba fuera de su control, por más que él quería dejar de hacer esto, Matthias que era 20 cm más bajo que el, tenía bastante fuerza y terminaba por ser arrastrado y sucumbido en la tentación de poder tocarlo, de poder tenerlo. Estaba mal, sí, pero no podía dejar de ceder, simplemente no podía.

Desde que Mateo se fue hace un año, él se había propuesto a cuidar a Matthias hasta que el otro regresara, durante medio año de convivencia había aprendido a sobrellevar muy bien el hecho de que si bien es cierto físicamente era Mateo mentalmente era un niño de aproximadamente 8 o 10 años, un niño que no podía tocar o eso creía.

Después del accidente Mateo había perdido la memoria y se había convertido en quien es ahora, en Matthias.

Pensaba que ahora que prácticamente era un niño su relación como la conocía habría acabado, pero fue después de ese beso de buenas noches que accidentalmente se convirtió en un beso de amantes, que todo se fue por la borda, al niño le había gustado tanto que lo pedía a menudo hasta que finalmente acabaron teniendo sexo cada vez que el rubio quería y por mas que el mayor se reprendiera y dijera que fue la última vez siempre terminaba cayendo nuevamente.

Se preguntó muchas veces como es que, si era un niño – aunque solo lo fuera mentalmente – podía hacer tales cosas, su conclusión siempre era la misma, su mente quizás fuera la de un niño, pero su cuerpo no, al ser un chico de 22 años obviamente su cuerpo reacciona al tacto, pero eso no hacia del acto menos impuro.

– Como es que un niño puede ser tan pervertido – hablo con lujuria deslizando su mano por el pecho del rubio hasta llegar a ese lugar abultado entre sus piernas, mientras el otro jadeaba en respuesta al estímulo. No tenía que molestarse en sacarle los pantalones pues nunca los llevaba puestos en casa, a Matthias le gustaba usar solo playeras del moreno, le encantaba.

John sonrió al recordar que había dicho algo parecido la primera vez que el niño tuvo una erección, no podía creer que de verdad estaba excitado, por todos los santos, era solo un niño!! La primera vez que terminaron haciéndolo, se torturo los días siguientes pensando en cuan incorrecto habia sido eso, pero después de unas veces más se acostumbró al sentimiento, no tenerlo era mucho más tortuoso que pensar que estaba ultrajando a un niño, por supuesto, aun pensaba que estaba mal, pero no podía decir que no, al menos no a él.

– Agh... nmgh... besa, besa – pedía torpemente tratando de hablar.

Lo complació una vez más y unió sus labios otra vez, la intensidad con la que besaban, lamian y mordían era aterradora y perfectamente sublime. La mano de John se introdujo por fin dentro del bóxer del chico, masajeando suavemente al principio apretando poco a poco, empezando centrarse en la erección envolvió sus dedos en ella y comenzó a masturbarlo. Los gemidos del rubio agudizaron haciendo que empiece a mover sus caderas frotándose contra el miembro del otro, quería sentirlo.

- D-dentro... adentro – su respiración era un desastre.

- No Matthias... no voy a meterlo – habló con dificultad.

- ¿Por qué? – protestó alargando las vocales – Agh... yo quiero– sus jadeos aumentaban junto con el ritmo de sus caderas, estaba mas que claro que no pararía hasta obtener lo que quería.

- Carajo – soltó seguido de un suspiro – inclínate – el rubio accedió feliz.

Sin dejar de masturbar, John coloco sus dedos en la boca de Matthias – chupa – ordeno, era la primera vez que el daba una orden en esta situación y le pareció que al niño le había gustado pues lo sintió mojarse aún más después de escucharlo.

El rubio tomo los dedos en su boca y empezó a chupar con ganas, mirándolo a los ojos, lamiendo desde la base hasta la punta de sus yemas. Dios... ¿cómo es que esto podía ser tan tierno y excitante?

Un pequeño pop se escuchó cuando los saco, dirigió sus manos al elástico del bóxer y se deshizo de él, llevando sus dedos lubricados con la saliva del pequeño a su orificio masajeando hasta que introdujo uno de ellos. Matthias gimió mas fuerte y esa fue la señal que esperaba para empezar a moverse dentro de él, después de unas cuantas embestidas introdujo el segundo dedo manteniendo un ritmo constante, exquisito.

Saco sus dedos y se dispuso a bajar el cierre de su pantalón, hasta que se percato de que no tenia un condón cerca.

- Espera iré... a traer... un condón – Señor... su respiración era tan mala que las palabras salían a justas de su boca.

- No... ahora – exigió Matthias, el no quería esperar.

- Mierda... ¿Por qué eres así? – alineando su miembro con la entrada del chico, lo dejo caer sobre el entrando de una sola estocada, arrancándole un ruidoso gemido al rubio, haciendo que arquee la espalda.

Sus embestidas eran duras y constantes, justo como le gustaba a Matthias, jadeando y gimiendo pasaba su lengua por sus labios, necesitaba algo que chupar, algo con lo que jugar mientras disfrutaba del placer que John le estaba dando. El moreno se dio cuenta y le otorgo nuevamente sus dedos, los acepto rápidamente deleitándose con el sabor.

Un rato después se canso de chupar y dejo caer los dedos del mayor para abrazarlo fuertemente por el cuello, si de enlistar sus poses favoritas hablamos, John diría que evidentemente la favorita de Matthias era montarlo, de esa manera podía sentir mas cerca su calor, podía abrazarlo fuertemente y definitivamente, podía llegar mas profundo. Cuando lo hizo y toco ese punto dulce dentro de él, este gimió en su oído poniéndolo más duro si es que eso era posible.

- M-mas... – jadeo con más fuerza, dejando escapar un pequeño sollozo, estaba a punto de acabar.

Después de un par de embestidas más, ambos se corrieron al mismo tiempo, respirando dificultosamente el menor hablo – s-sale muchio – sonriendo por el particular tono de inocencia que había usado para decirlo, se acerco y le dio un ultimo beso en la frente.

De esos que le gustaban a Matthias, de esos que les gustaban a los dos. 

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Sin comentarios 7w7 

Recuerden niñ@s 

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Oculto bajo un suspiroWhere stories live. Discover now