Oculto bajo un suspiro

Capitulo 14

¿Alguna vez has visto a una persona poseída? ¿Cómo si un ser maligno se apoderará de ella? Siempre se ha creído que espíritus invaden nuestros cuerpos, corrompen nuestras almas y nos sumergen en la completa locura. Puede que la causa no tenga nada que ver con la religión y se deba simple y sencillamente a una falla en nuestro sistema cerebral. Una simple neurona fuera de nivel puede hacer colapsar toda una estructura nerviosa, como al sacar una copa de una pila de ellas, todo se viene abajo. Es tan poca la distancia que cruza la línea de la lucidez a la locura, que una vez cruzada... ya no hay vuelta atrás.

–¿Dices que mataste a tu padre a propósito? – John sintió que se le helaba la sangre.

–Por supuesto que no – habló el rubio – lamentablemente – finalizo con un susurro.

–Mateo esto es serio estamos hablando de la muerte de una persona ¡de tu padre! – el chico siseó.

–Cállate ¿Acaso quieres que nos encierren? – murmuró

–Ya estuve a punto de ser encerrado

–¿Qué? – chillo el rubio

–Si no hubiese sido por Thomas que te vio hecho una fiera, mi culo estaría en una fría celda ahora mismo

–¿Quién es Thomas? – ¿No recordaba a Thomas? Al fin una buena noticia entre tanto caos, ya no tendría que deshacerse del pobre chico.

–Nadie... no es nadie importante – carraspeo disponiéndose a cambiar de tema – Entonces... dices que aparte de ti y de Matthias ¿hay alguien más? – el rubio asintió – ¿Y cómo es que aparecen? No lo entiendo.

–Al principio era confuso para mí también, pero investigue y segun leí sucede cuando un acontecimiento traumático pasa y tu personalidad no puede solucionar el conflicto, nace otra que si es capaz. Creo que esta... bestia despertó el día en que papá intento acabar contigo, Mateo ni Matthias eran capaces de enfrentar el daño por eso nació una persona que sí.

–¿Matthias nació el mismo día?

–No... Matthias... ya existía.

***

Mariana Williams vivía cómodamente en New York, tenía un puesto en la compañía de su padre esperando a que accediera a aceptarlo, pero ella solo pensaba en ser una gran doctora que pudiera salvar muchas vidas, no quería sentarse en un escritorio y mirar una pantalla por el resto por siempre. Su padre resignado a que no ocupara el puesto que tanto habia guardado, le quedaba solo la esperanza de que ella encontrase a una persona con la que se casara y compartiera su vida, al menos así dejaría a su futuro yerno de sucesor, lo capacitaría para serlo. ¿Y quién no querría casarse con su hija? Si la chica era la mujer más bella de la ciudad, su piel parecía porcelana de la más fina, sus hermosos mechones dorados combinaban perfectamente con esos ojos azules penetrantes, capaz de hechizar a cualquiera.

Le organizo un sinfín de citas con hombres de buena familia, pero ella no quedaba impresionada con ninguno, todos son aburridos y tan correctos, era lo que siempre pensaba. Creía que jamás iba a enamorarse, pues hasta la fecha no había conocido ese sentimiento como tal, pero Mariana se dio cuenta de sus equivocadas palabras, cuando regresando de una cena a la que su padre la obligo ir, vio a un chico alto de tes blanca bajar del auto, su cabello era oscuro como sus ojos y el traje de chofer le quedaba estúpidamente bien, mas que bien... excelente.

El muchacho le abrió la puerta del asiento trasero y la saludo respetuosamente.

–Buenas noches, Señorita Mariana – dijo inclinando la cabeza levemente

–¿Dónde está Axel? – hablo la rubia sin despegar la vista del chico.

–Mi padrastro no ha podido venir porque ha tenido que llevar a su padre a una reunión urgente y me ha pedido que la regrese a salvo a casa – la chica embozo una amplia sonrisa.

<<Creo que ya encontré a tu futuro yerno papá>>

Cantar sin ningún sentido, sonreír cada 5 segundos imaginando cuan grandioso seria tener una vida juntos... son graves síntomas de la enfermedad más peligrosa en el mundo.

El amor es algo a lo que muchos temen, pero es algo que casi la mayoría esta dispuesto a probar, se dejan consumir por el sentimiento "mas puro", tomando cada parte de ellos, exprimiéndolos hasta no dejar ni un solo aliento. Todos hablan de lo hermoso que es el amor, pero ¿Quién habla de lo malo? ¿De la parte dolorosa? ¿enfermiza? Se engañan creyendo que todo es color de rosa, que el amor es el objetivo principal para alcanzar la felicidad y que la felicidad se resume en una sola persona.

No pueden estar mas equivocados. El amor solo nos lleva a la locura.

El dulce aroma a rosas invadía su habitación cada mañana sin falta, Ian le dejaba una cada noche después de que se iba. Desde que lo conoció, tenía un motivo para sonreír cada día, lo amaba... lo amaba de verdad, amaba sus detalles, sus chistes, su aroma, su rostro, todo absolutamente todo de él.

Era perfecto, pero "lo perfecto" solo alcanza la perfección fingiendo no tener ningún defecto. Pronto descubriría que nada es perfecto.

–Estoy planeando hablar con mi padre, para pedirle su concentimiento y casarnos, cuanto antes mejor – una plena sonrisa surco rostro y el brillo de sus ojos era incomparable.

–¿No es muy pronto? – pregunto Ian con una mueca de disgusto.

Ian no quería casarse a tan temprana edad, menos con ella, la chica era linda, amable y cariñosa, la mujer ideal, pero a él no le atraía ni un poco. Acepto estar con ella por obligación de Axel, su padrastro, quien dijo que era un buen negocio debido a que la chica estaba forrada en billete, que solo tenia que hacerla feliz y follarla y todo estaría resuelto. Si se negaba... sabía cuál sería su castigo.

–No para nosotros – hablo la rubia para luego plantarle un beso.

¿Por qué un papel lo cambia todo? ¿Por qué un titulo puede traer abajo hasta lo que se cree mas firme? No es el papel o el titulo el que arruina una relación, son los verdaderos rostros que salen a relucir detrás de las máscaras de amabilidad y dicha que muestran.

Cuando se caen las mascaras es cuando el verdadero infierno comienza y Mariana pronto se daría cuenta de ello.  

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¡No Mariana! ¡¿Que hiciste?!