Capitulo 27

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–Ya déjame en paz – hablo en un susurro.

Mateo estaba delante de él.

Nuevamente.

Pero esta vez no llevaba la clásica playera roja con la que solía atormentarlo.

–¡Déjame en paz! – grito sintiendo sus mejillas humedecerse por las lágrimas que empezaron a salir sin consentimiento alguno.

Como siempre.

–¡Ya no siento culpa! ¿¡Porque sigues apareciendo!? ¿¡POR QUÉ!? – cayo arrodillado, halando sus cabellos desesperadamente olvidándose de esa zona tan frágil detrás de su cabeza. Los sollozos empezaron a salir llenando la silenciosa casa.

Y Mateo... el solo observaba angustiado la escena.

La sonrisa que le quiso mostrar al moreno se desvaneció ni bien abrió la puerta.

–¡Vete! ¡VETE! ¡Sal de mi cabeza! – John empezaba a golpear fuertemente su cráneo y pellizcaba reciamente sus brazos para despertar de la horrible pesadilla, pero no funcionaba.

–John – se acerco por fin el rubio tirándose a su frente, sosteniéndolo de los brazos para evitar que siga haciéndose daño, pero el moreno aún seguía gritando – John, soy yo, soy yo, estoy aquí – lo miraba lastimeramente reprimiendo las ganas de echarse a llorar a su lado.

Acarició su cabello con un mano y su mejilla con la otra tratando de calmarlo. Sus ojos se tiñeron de rojo por reprimir el paso de las lagrimas y el nudo en la garganta le empezaba a doler, pero aun si no lloró – debes haber sufrido mucho mi amor – susurró.

John estaba perdido, tanto su mirada como su juicio habían desaparecido, sentía que se desmayaría en cualquier momento – pero ya estoy aquí, no me volveré a ir – su voz daba señales de querer quebrarse.

Te lo prometo.








Volvió a despertar otra vez en su cama.

¿Qué había pasado? ¿Otro mal sueño?

Se levanto con cuidado para sentarse y miro su cuerpo observando las vendas recién puestas.

¿Volvió a tener un episodio de crisis?

Su doctora les había llamado así a los ataques que le ocurren cuando se siente preso del pánico y el miedo. En las que suelen haber alucinaciones. Pensó que las había dejado de tener hace semanas, pero, al parecer, volvió a recaer.

Si estaba en la cama, Doña Rita debe haberlo encontrado y llevado a la habitación con ayuda de Thomas, estaba claro que la mujer no podría sola.

¿Dónde estaba ella?

Escucho la puerta del baño siendo abierta y nuevamente cerrada, los pasos se dirigían a su habitación, donde se encontraba, miro rápidamente hacia la puerta y esta estaba entreabierta. Una sombra se diviso por la diminuta rendija y una espalda por fin se dejo ver cuando esta era empujada.

Solo para mostrar.

Al rubio.

Cuando este lo vio ya despierto, dejo la fuente con agua que llevaba en la cómoda y fue a su encuentro.

–¿Ya despertaste? ¿Cómo te sientes? – sus manos se colocaron en las mejillas del moreno y él continuaba queriendo averiguar como despertar, ya no le estaba gustando como su mente jugaba con él – John de verdad soy yo, no estas soñando – aclaró el rubio al ver la mirada incrédula del mayor – aquí ¿Lo sientes? – cogió suavemente una de sus manos y la dirigió hasta su pecho donde bombeaba su corazón.

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⏰ Última atualização: Apr 24 ⏰

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