Capitulo 19

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A todas las unidades necesitamos personal con urgencia, acaba de ocurrir un incendio en los adentros del bosque, necesitamos refuerzos.

- ¿Q-que, que crees que haces? – toda la valía de hace un momento pareció haberse filtrado de su cuerpo al ver el intenso color naranja apoderarse de la oscuridad de su mente.

- Me deshago de ti – fue una oración corta pero firme con palabras llenas de una inmutable y perturbable decisión.

- ¡Estas loco! No solo te desharás de mi ¡si no de todos!

- Es un precio que estoy dispuesto a pagar – claro que lo estaba, nunca había estado tan seguro en su vida.

- ¡Pero es que acaso no piensas en el niño! – la desesperación se empezaba a apoderar de tan oscuro ser... aunque en estos momentos ¿Quién era el más desequilibrado de los dos? No se notaba la diferencia.

- Ya hablé de esto con el y esta dispuesto a proteger a todos de ti – es cierto Matthias ya sabia lo que Mateo estaba dispuesto a hacer y no le importó, ellos solo querían proteger a John sin importar el costo, es por eso que escuchaba silenciosamente.

- Eso es una mierda ¡solo quieres proteger a tu estúpido novio!

- ¿Y que si es así? Igual ya no hay nada que puedas hacer – el fuego se abrió paso rápidamente entre tan apolillada madera, es como si aquella casa ya hubiera estado esperando su final, el final que hace muchos años quedo inconcluso, hoy por fin se concretaría.

- ¿Crees que con esto puedes vencerme? ¡Yo nací del fuego! – mentir otra vez sobre tan increíble historia ya no serviría de nada, Mateo ya lo había descubierto. Tal personalidad no nació por el hecho de querer asesinar a su inmundo padre, el solo nació para escapar, una personalidad que fue creada para subsistir, para sobrevivir y que haría todo lo posible para su supervivencia, inclusive matar.

- ¿Piensas que no soy lo suficientemente inteligente para no darme cuenta?

- A-ahora ¿De qué mierda estás hablando? – los nervios ya salían a relucir, fingir estaba demás.

- Si, naciste del fuego, pero por el miedo que te dio ser rostizado vivo – se iba acercando lenta y peligrosamente – te da miedo morir.

- ¡Eso no es verdad! ¡Yo no le tengo miedo a nada!

- Después de escuchar como mataron a mama solo me quede recostado en la puerta de mi habitación como siempre hacia cuando le daban una paliza – su mirada estaba ida como si hubiera vuelto a aquel entonces – Y de pronto... lo escuche todo, el ultimo respiro de mi madre, los galones siendo arrojados al suelo, el vigorizador sonido del mechero siendo encendido y la crepitación de la madera siendo totalmente consumida por las rojas llamas del infierno – cerró los ojos sumergiéndose en los recuerdos, suspiró deleitándose con ellos – Todo formando un compás tan adictivo, un acogedor llamado de muerte que me cautivo y tomo por completo – en su rostro surcaba una sonrisa que solo el efecto de la droga más fuerte podría proporcionar – y cuando perdí el conocimiento creí haber desaparecido de este mundo de mierda, pero aparecí dentro del espejo – como si volviera a recuperar la conciencia abrió los ojos y su mirada se clavó rápidamente en su igual, una cargada de repulsión y odio – me arrebataste la única oportunidad que tenia de desaparecer y me hiciste vivir ¡mas años de miseria! – su cuerpo que se tenso por un minuto volvió a relajarse al instante como si nada hubiera sucedido – pero de alguna manera creo que te agradezco – le volvió a ofrecer la tétrica sonrisa que tenía en un principio – porque gracias a tu cobardía de salir huyendo ese día es que pude conocer el amor en todas su facetas, ahora si creo poder morir en paz.

- ¡Espera por favor! Podemos llegar a un acuerdo, no saldré jamás, ya no lastimare a nadie, por favor... – Mateo se regocijaba entre los lamentos del que una vez fue su reflejo, era tan malditamente placentero verlo sufrir – ¡NO QUIERO MORIR!

Los exasperantes gritos de tan miserable sujeto se encerraban dentro de su cabeza, todos sus intentos por querer tomar posesión del cuerpo eran inútiles, su fuerza se estaba consumiendo.

- Si crees que puedes volver a tomar el control a tu antojo, no pierdas tu tiempo, eso ya no sucederá – cayo arrodillado cansado por tanto batallar, mientras Mateo se iba acercando con aire de superioridad por saber que había ganado – Matthias tiene el mando ahora – posó su rostro al lado del otro y con un suave susurro le dijo – Sabes que el siempre fue el mas fuerte.

- ¿Q-que?

- Fue el único capaz de mantenerte dormido, fue el único capaz de quedarse y no dejarme salir, siempre creí que era yo quien tenía control sobre él, pero jamás fue así, sino hubiera sido por esa estúpida noticia que encontró entre las cosas de John tu jamás hubieras vuelto a ver la luz del día al igual que yo – sus parpados comenzaban a caer, ya no podía mantener los ojos abiertos, su respiración se torno pesada y los sonidos se escuchaban cada vez más bajos – pero eso ya no importa, de todos modos ninguno de nosotros la volverá a ver.

La oscuridad volvió a reinar y el tormentoso silencio... llegó para quedarse por siempre.




                                                                           ...




- Señor por favor apártese, no puede ingresar, es un área restringida – repetía una y otra vez el policía a cargo de apartar al gentío, pero John hacia caso omiso, él tenía que entrar, tenía que asegurarse que Mateo estuviera bien, no iba a creer lo que le dijo aquella enfermera hace unos instantes atrás.

- ¡Señor! – gritaba la enfermera de la recepción que había hablado con John hace un momento, trataba de alcanzarlo lo más rápido posible - ¡señor John! – el mencionado volteo en dirección a quien gritaba su nombre y espero que esta se acercara.

- Si no son noticias de mi novio no creo que tenga algo más que escuchar.

- Respecto a eso – la chica trataba de recuperar el aliento perdido – las hay, han encontrado a su novio.

- ¿En dónde? – la chica seguía tratando de calmar su respiración y que no le diera respuesta a su pregunta desespero a John - ¡Habla de una maldita vez! – la agarró de los hombros empezando a samaquearla.

- E-en una cabaña en el bosque que... acaba de incendiarse. 


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¡MATEO! No te me quemes chamaco!!

Oculto bajo un suspiroWhere stories live. Discover now