Capítulo 24

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–¿¡Qué mierda haces!? – le volvió a tocar claxon.

John se había cubierto con sus brazos para protegerse del impacto, pero este nunca llego.

–¿¡Acaso no vez que la luz aún no había cambiado!? – John lo miraba con ojos sobresalidos por el miedo y tocaba su cuerpo para estar seguro de que seguía vivo.

Hace un rato iba a ser arrollado por perseguir a alguien que probablemente fuera una ilusión de su mente.

Su cuerpo seguía temblando por la impresión, pero no le importo, se levanto a toda velocidad y continuo con su persecución.

–¡Hey! ¿¡A donde vas!? ¡LOCO DE MIERDA!

Corría sin saber muy bien a donde ir, lo había perdido de vista hace ya un rato. Lo peor de todo es que estaba rodeado de un sin fin de callejones en los que pudo haber entrado.

¿A dónde había ido?

–Aquí – la voz volvió a hacerse presente y pudo divisarlo una vez mas a lo lejos.

Volvió a echar marcha sin siquiera pensarlo, fue un largo tramo, pero no se sentía para nada cansado su voluntad de poder alcanzarlo era mucho mas fuerte.

El menor se adentro a un edificio subiendo rápidamente las escaleras hasta el ultimo piso. John se sorprendió al ver que aquel establecimiento estaba vacío.

¿Un lugar abandonado?

Mateo lo había llevado a la Corporación de Roberto Williams.

Al llegar al balcón lo vio sentado al borde del barandal con su característico brillo en los ojos y su playera roja.

–Tardaste mucho – se levantó y se acercó tomándolo de la mano – ven, es hora de irnos.

El rubio lo guiaba hacia el precipicio de aquel edificio con una sonrisa escalofriante.

–¿Qué haces?

–¿No lo ves? Nos llevo a nuestro final feliz – lo miro fija y tiernamente en un escenario ridículamente pavoroso – ¿Acaso no quieres?

–Dijiste que volverías después de resolverlo ¿Por qué no lo hiciste? – reclamo el moreno y la sonrisa del menor se desvaneció dando paso a un ceño fruncido.

–¿De verdad tienes el descaro de reclamarme eso? – su voz era seria y algo sombría.

–Lo prometiste – murmuro.

Una carcajada resonó en el lugar, una llena de irónica diversión.

–Solo fue para darle más credibilidad al mensaje – soltó su mano duramente – pero eso ya lo deberías saber, después de todo, sueles terminar tus frases de la misma manera.

–No comprendo – en su rostro se notaba el desconcierto por sus palabras.

–¿Qué es lo que no entiendes?... ¿Lo vacío de tus promesas? ¿O lo estúpido que fui al creerte?

–Mateo, yo hice lo que pude para... – su voz empezaba a quebrarse.

–¡No fue suficiente! – grito haciendo eco por lo solitario que estaba aquel lugar – no hiciste lo suficiente – susurro.

Promesas vacías

¿Así era como las veía? ¿Cómo promesas vacías?

¡El hizo todo lo que estuvo al alcance de sus manos!

No, tiene razón, pudo haber hecho más. Solo que su maldita cobardía se lo impedía.

¿Porque tantas promesas vacías? Era la pregunta.

Oculto bajo un suspiroजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें