Capitulo 12

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John miraba perplejo hacia la camilla donde descansaba Matthias ¿o seria Mateo?, no, hace unas horas atrás no era ninguno de ellos, ya no sabia que pensar, su cabeza era un remolino de preguntas a las que no les podía dar respuesta, las dudas no se resolvían y en cuanto terminaba de procesar una, llegaban un sinfín detrás de ella, abrumándolo, quitándole el aire, como si lo apretaran hasta querer romperlo.

Una punzada en la cabeza lo hizo salir de sus pensamientos, hace un rato se había apoderado de él una migraña insoportable, sentía agujas clavársele por cada parte del cerebro.

El movimiento de una mano capto su atención, el rubio estaba empezando a estirarse como si despertara de una siesta, una que había durado un largo tiempo, parecía estar acostumbrándose a su cuerpo de nuevo, sintiendo cada uno de sus músculos y huesos hasta que abrió por fin los ojos.

–¿Matthias? ¿Eres tú bebe? – la voz apenas le salió en un hilo. Una vez mas tenia que cerciorarse de que el rubio fuera su niño de ojos azules.

–¿Ya no me reconoces Johny? – una sonrisa surco su rostro iluminando su antes demacrado rostro.

No oyó ese característico tono aniñado al que se había acostumbrado a escuchar durante el ultimo año.

Ese no era Matthias, era... ¿es posible? ¿es posible que se tratara de...

–¿Mateo?

– El mismo que viste y calza

El rubio pensó que su primera reacción al verlo seria correr a sus brazos y apretujarlo hasta que le dijera que le faltaba el aire, pero envés de ello, el moreno se dejó caer de rodillas frente a la camilla, hundiendo su rostro en las sabanas empezando a sollozar fuertemente, como un niño pequeño y ¿Quién lo culpaba? Si el pobre había estado conteniéndose por más de un año, reprimiendo todo aquello que le hiciera sentir vulnerable, no se tenia permitido ser vulnerable tenia a un chico que cuidar, tenia que ser fuerte por él, pero el dolor y la angustia no es algo que se pueda esconder a la ligera y si se esconde e intenta camuflar por mucho tiempo, lo único que se conseguirá es explotar, justo como ahora, el era una bomba de tiempo que hace tiempo que tuvo que haber detonado.

Una mano acaricio gentilmente su cabeza, sintiendo el dulce tacto de sus yemas en su cuero cabelludo. El rubio siseo tratando de calmar su llanto.

–¿Desde cuándo tan sensible? – el rubio curvo una ceja divertido

– Oh cállate, tu impertinencia solo me confirma que si eres tú – soltó una pequeña risilla, más calmado – ¿El impacto por lo que sucedió es lo que te devolvió la lucidez? ¿Eso... te hizo recobrar la memoria?

–¿Es que acaso aun no te has dado cuenta? – aquellas palabras turbaron al moreno ¿Darse cuenta de qué?

–¿De que tendría que haberme dado cuenta?

– Yo no perdí la memoria, John, yo... sufro de Trastorno de identidad disociativo.

–¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso?

– Tengo... diversas personalidades, no soy solo Mateo, también soy Matthias, bueno en realidad el es su propia persona... es algo complicado de explicar, el punto es... que al principio solo éramos Matthias y yo, pero por alguna razón otra persona se ha colado y... es un peligro.

–¿Me estás diciendo que Matthias es real? ¿no era una etapa de trance? – la confusión se notaba en su voz, esto era una locura.

– Agradece que él por ahora no puede escucharte porque si no se pondría realmente triste – dijo el rubio cruzándose de brazos.

–¿Puede escuchar? – esta vez el moreno se levantó y se agarró el cabello, era demasiada información que procesar – ¿Te estas escuchando Mateo? ¡Es una locura!

Oculto bajo un suspiroTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon