Interactuar

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Snow parecía preocupantemente feliz por los resultados preliminares sobre la aceptación del público a su tributo. 

La familia veía la transmisión desde la casa. A Katniss ver aquello le traía tantas malas memorias, que quería romper a llorar, sobre todo al ver a los tributos más jóvenes de la lista, por lo que permaneció a una distancia prudente de los demás.

—¡Lucy Gray realmente se ha robado sus corazones! —exclamó Tigris. 

—Ella es asombrosa…—dijo Coriolanus, embelesado. 

Katniss masticaba su col con rabia. Quería irse a su casa, o a lo que pudiera llamar así en ese momento. Necesitaba ver gente conocida y llegar a un punto en que los juegos ya no fueran un problema.

—¿Estás bien, niña? —preguntó la abuela. 

—Lo estoy —mintió descaradamente. 

Luego miró la programación, tal y como hacían los demás. La verdad es que imaginaba a Lucy Gray un tanto diferente a lo que allí se mostraba. La chica brillaba con luz propia y todos parecían amarla. De cierta manera, le recordó a ella misma cuando estuvo en sus primeros juegos. Aunque por la manera en la que hablaba y se ganaba a los medios también le recordó a Peeta. 

—¿Qué opinas del tributo de mi nieto, Primrose? —preguntó la abuela—. Tú que conoces a la gente de los distritos ¿crees que tenga alguna oportunidad de ganar? 

Katniss se quedó en silencio, dándose tiempo de analizar la pregunta. Lucy parecía una chica frágil, pero con suficiente temple para defenderse. Al menos eso se veía a primera vista. Posiblemente era algo que dirían de sí misma quienes no la conocieran. 

—No incomodes a Prim con esas preguntas, Abuelatriz —le sugirió Coriolanus.

La abuela Snow lanzó una mirada déspota a Katniss, reafirmando que tenía alguna clase de resentimiento hacia la gente de los distritos. Esa era la clase de trato que Katniss esperaba realmente. 

—Así es, Lucy tiene muchísimo a su favor —afirmó Tigris—. De seguro ganará estos juegos. Después de todo, tiene al mejor mentor. 

—¿Y si no lo hace…? 

Snow puso una cara extraña para Katniss, incluso pareció conmocionado con la pregunta de su abuela. ¿Era posible que él tuviera aprecio por Lucy Gray? Eso no era posible, según ella, ya que si lo tuviese no superaría al cariño que tienes por una hormiga de tu insectario. 

Lo que no sabía, era que Snow ya estaba buscando maneras de sacar a Lucy Gray de ese espantoso lugar con vida. De alguna manera, este último tiempo había resultado en derretir su helado corazón de alguna manera. Hace un tiempo que ya no solo se trataba de ganar el premio, al menos no completamente.

Katniss lo sabía con certeza, Snow joven era realmente extraño y ella enloquecería si no encontraba pronto razones para seguir odiándolo.

Se fue a la cama que Tigris le acomodó e intentó dormir. Su estómago rugía menos gracias a la comida que Coriolanus le había ofrecido, por lo que pudo conciliar el sueño con relativa facilidad.

En la mañana se levantó antes que todos y subió al tejado a cazar unas aves grandes que revoloteaban en el tejado. Era raro ver animales así dentro de algunas décadas en una ciudad como el Capitolio y mucho menos en los distritos. Las dejó preparadas y listas para cocinar y servir al desayuno, algo que sorprendió a Tigris y al mismo Coriolanus. 

Cuando Snow tuvo que asistir a la academia nuevamente, quiso llevar a Katniss consigo. Bueno, en realidad fue Sejanus quien insistió en que debía mostrarse seguro ante el hecho de que Katniss era de hecho una persona del Capitolio adinerada. Esconderla solo resultaría más y más sospechoso. Sejanus no era una persona de buenos instintos en la opinión de Coriolanus, pero esta vez sus afirmaciones tenían algo de sentido para él. 

Jugando con NieveWhere stories live. Discover now